Pocas situaciones se conocen en las que soltemos más clichés por minuto que cuando un amigo nos llama para desahogarse tras haber mandado a la mierda su relación. Una colección de frases que, ríete tu de los coleccionables de los quioscos, y que sale por nuestra boca para dar los consejos más clásicos y básicos a alguien que seguramente ni te los ha pedido. Ya sabemos que todos intentamos ayudar, pero para la próxima vez que tengas que acudir ‘al rescate’, recuerda no cagarla con algunas de estas frases, porque no funcionan.
“De todas maneras, era una muerte anunciada”
Fantástico, ahora tu amigo no solo se siente mal porque de repente está soltero, sino que además le has dado a entender que el mundo exterior ha estado hablando a sus espaldas del poco futuro que tenía su relación. Aunque en el fondo es probable que tengas razón, ¿acaso es necesario hacerle sentir aun más looser? Está claro que no.
“Bueno, tampoco habéis salido tanto tiempo, ¿no?”
Última hora: las emociones de cada persona son diferentes, y lo que nosotros percibimos con cierta intensidad, otra lo percibe con otra totalmente distinta. ¿Qué quiere decir eso? Pues que alguien lo puede pasar muy mal por dejar una relación de dos meses, aunque a ti te parezca que no es suficiente tiempo para enamorarte hasta los huesos de alguien. Así que frasecitas como esta, las justas, gracias.
“No te preocupes, encontrarás a alguien, aún tienes tiempo”
Quizás cuando lo digas pienses que es un mensaje positivo porque lo que le quieres hacerle entender es que tiene muchas cosas buenas que aportar. Lástima que lo que en realidad conseguimos con este tipo de consejos –por llamarlos de alguna manera- es meter presión a la otra persona con que a cierta edad la sociedad espera que ya haya conseguido una estabilidad amorosa.
“Yehhh, esta noche salimos sí o sí"
No le haces ningún favor obligándole a ir a un sitio donde no se siente cómodo. De hecho, lo más fácil que puede pasar es que tus planes de noche de resurrección sentimental acaben convirtiéndose en tu amigo borracho en unas escaleras a tres grados, escribiendo mensajes a su ex que evidentemente no tendría que estar enviando. Si ves que se tira seis meses en casa, entonces ya es otra cosa. Pero si no, igual lo que pasa es que tú tienes ganas de salir, y no sabes con qué excusa liarle, ¿no?
“Pues yo esto… pues a mí aquello…”
Ese clásico llamado “vine para escucharte y te acabé contando mi vida”. Empatizar está bien, contar experiencias para que el otro vea que al resto de la gente también le pasan estas cosas también, pero ojo con acabar pegando la chapa cuando no toca.
Entonces... ¿qué hago? ¿Me callo para no cagarla más?
Por norma general, tu amigo no va a estar buscando respuestas, solo que le escuches y que le comprendas. Si tienes cosas negativas que decirle porque crees que así le ayudarás, por favor, coge toda la delicadeza que has estado recolectando durante todos estos años de vida y gástala en este momento.