Es curioso cómo cambia la percepción del amor según nos vamos haciendo mayores. ¿Será una cuestión de experiencia vivida, de perspectiva o de expectativas?
El amor a los 10: amor idílico
Amor puro, amor utópico, amor fácil y amor poco realista. Tu referente son tus padres y el escaparate del amor que ellos proyectan, no porque no sea verdadero, sino porque no eres capaz de percibir ningún tipo de dificultad tras este. Películas de Disney con final feliz en las que el cuento termina con el primer beso de amor seguido, al día siguiente, de una boda de ensueño y ahí se acababa la película. Habría que ver luego el día a día de Aladdin y Jasmine. Una época preciosa en la que el amor es un juego de magia.
El amor a los 20: amor ciego
Creo que es de las mejores épocas para disfrutarlo porque creemos intensamente en el forever love y seguimos dejando al margen las complicaciones. A los veinte, te dejas llevar sin saber a dónde vas, empiezas cosas que no sabes dónde acabarán, te tatúas su nombre y cierras candados de amor eterno en Roma. Es ese momento de tu vida en el que tienes clarísimo que no quieres una relación, pero te acabas metiendo en una e incluso comes los domingos con sus padres, algo que para ti ya es de cada vez más normal.
El amor a los 30: amor práctico
Y llega la famosa frontera de los treinta que, cuando la cruzas, te hace replantearte tu vida entera. El amor ahora es más racional, ya empiezas a saber lo que no quieres y piensas que sabes lo que podrías querer. Te dejas llevar menos y seguramente tu idea del amor está perfumada o envenenada por experiencias pasadas. Sabes que pueden ser los mejores años de tu vida, pero tienes claro que si tienen que ser junto a alguien, debes elegir bien con quién va a ser.
El amor a los 40: amor adulto
Dejas atrás al Peter Pan treintañero que intentaba volver a los veinte y empiezas a valorar racionalmente la otra cara del amor. Aprecias volver a casa y hablar en la cena, aprecias la estabilidad, aprecias la seguridad y muchas otras cosas que es importante que tengas presente cuánto valen; o eso debería pasar. Es ese momento en el que si estás enamorado o seguro de lo que tienes, te asientas de lleno en la relación y cada discusión o problema tiene solución.
El amor a los 50: amor familiar
Ese tipo de amor que te hace sentir cómodo en cualquier situación en la que te encuentres junto a esa persona que ya es la parte más importante de la familia que tú eliges. Incluso es posible, ya en pocos casos últimamente, que hayas pasado más tiempo de tu vida con esa persona que contigo mismo.
El amor desde los 60: amor incondicional
Y digan lo que digan, seguramente en este momento de la vida, es el amor más puramente incondicional que se pueda tener. Es el momento en el que, si has tenido hijos, vuelves a estar tú y esa persona de nuevo solos para emprender y disfrutar de nuevo la aventura para dos personas.