Intuición... ¡Cuántas veces nos habla y no le hacemos ni caso! Seguro que en el pasado, en más de una ocasión, te avisó de algo: que no te fiases de aquella persona, que hicieses aquel viaje, que fueras a aquella cena... Pero la intuición no acierta siempre, y sobre todo cuando la entrenamos poco. Muchas personas se acostumbran a ignorarla y a centrarse solamente en las pruebas lógicas, en lo que dicen las palabras y se puede medir. El problema es que si en el amor queremos medirlo todo, nos podemos perder la oportunidad de sentir cosas inesperadas, o incluso descubrir que hay alguien mucho más perfecto para nosotros que aquella persona que pensábamos que era totalmente nuestro tipo.
Puede ser que más de una vez hayamos tenido delante a quien podía haber sido el amor de nuestra vida, y como íbamos tan concentrados en nuestras ideas, en nuestras cosas, la oportunidad se haya ido como se va un tren. Creemos que tenemos un tipo concreto, y cuando conocemos a gente, en vez de estar abiertos a sentir, a enamorarnos, a conectar y descubrir personas nuevas, solamente vamos con el filtro de una serie de características, y cada vez que hay alguien que no pasa el test, ni siquiera le damos la opción y, sobre todo, no nos damos a nosotros mismos la oportunidad de vivir algo increíble, que supere todas nuestras expectativas.
"La vida es aquello que pasa mientras estás distraído haciendo otros planes". John Lennon
Las apps como Tinder nos han alejado de la intuición en el amor, aquella habilidad que nos hace fluir y dejarnos llevar por lo que sentimos en el momento, en situaciones de la vida imprevistas e incontroladas. Desde el sofá, como el que no sabe qué película ver esta noche, elegimos a dedo una persona con quien quedar. Consumismo de relaciones que nos lleva cada vez más a elegir con criterios racionales en vez de escuchar nuestras emociones. Antes ibas a un bar, te mirabas, hablabas en la oreja del otro y de ahí surgía una conexión. O te apuntabas a clases de salsa, estabas de viaje o en tu oficina trabajando, y el día menos pensado, en el instante menos calculado, te descubrías viajando por la mirada de alguien, en una conexión inesperada y en absoluto premeditada. A veces era porque su olor te hacía sentir bien, porque tenía una voz envolvente, porque parecía que leía tu pensamiento o por todo eso junto. Sutilezas que percibe la intuición y que uno no sabe muy bien qué significan ni por qué nos conectan con alguien. Sutilezas de la intuición que no se pueden poner en un perfil de Instagram.
No deberíamos buscar pareja, deberíamos simplemente encontrarla, porque si no, no estamos escogiendo a la persona, sino que la estamos utilizando para cubrir una vacante sentimental. El amor nunca utiliza a los demás de instrumento para satisfacer las propias carencias personales, y por eso la intuición solo la conoce y escucha aquel que se atreve a salir de la zona de confort, estar solo aunque le gustaría tener pareja, o salir con alguien aunque tenga miedo de lo que pueda pasar, porque hay aspectos que no puede controlar.
Hay un mundo de emociones y sensaciones ahí afuera, un mundo de experiencias inesperadas que solo conoce el que escucha su intuición. La vida es demasiado corta para planearla, y el amor es demasiado grande para poder predecirlo en perfiles y tipos.