De alguna manera extraña, en las relaciones de mi entorno se dan algunas circunstancias que, al repetirse un número “n” de veces, he decidido darlas por teoría irrefutable para así, si en un futuro notara que está pasando, identificarlas y no caer en ellas.
1. Matemáticas: El Teorema del Aguacate
¿Nunca te ha pasado que en una época determinada de tu vida te ha dado por comer aguacate un número de veces incontroladas en todos sus estados? En la ensalada, de postre, en el sushi, guacamole con nachos, guacamole entre pan, tostas con aguacate, aguacate a palo seco… Cualquier receta es buena si lleva aguacate. Quizás sea por su sabor, por su textura o por su facilidad por combinarlo con cualquier cosa. Hasta que, de repente, un buen día, lo has aborrecido, te sale el aguacate hasta por las orejas.
Bien, yo he conocido al menos a 3 personas a las que, literalmente, les pasó esto con el aguacate y, posteriormente, con sus relaciones. Empiezas una relación y todo él es aguacate. Lo coges con tantas ganas que pasas de conocerlo a ponerle nombre a vuestros hijos en dos semanas. No hay freno. De repente todo lo haces con él. Él se ilusiona y entra en ese agujero negro y entonces aguacate hasta por las orejas. Se acabó, lo aborreciste, una pena. Parecía un buen comienzo con un final que, quizás, podrías haber evitado.
Moraleja: después del uno, el dos. A veces, cuando haces esperar las cosas, las coges con más ganas.
2. Física: Los polos opuestos se atraen solo en el mundo de los imanes
Como frase está muy bien, pero como realidad no lo veo. No digo que tu pareja tenga que ser tu alma gemela, tu media naranja ni tu otro yo, pero que hay más posibilidades de que te enamores y dure de alguien de quien tienes cosas en común, que te gustan o que admiras, sí. Si no hay manera de sentarte una noche en un sofá a ver una película porque no os ponéis nunca de acuerdo sobre si ver “Los Vengadores” o “Come, reza y Ama”, si tu adoras la pintura y él la odia, si a él le encanta el chuletón y a ti solo la comida vegetariana, si a ti te gusta madrugar y a él trasnochar… ¿Cómo es posible que eso salga siempre bien?
Supongo que la clave está en la palabra “atraer”, porque ese magnetismo lo puedes sentir por cualquier persona que tenga algo que te produzca cosquillas en el estómago y que sea opuesto, del derecho o del revés.
Moraleja: los polos opuestos pueden atraerse, o no.
3. Ciencia: Pavlov y el reflejo condicional
Una vez más se demuestra que esto es así. Iván Pavlov realizó el famoso experimento consistente en hacer sonar un metrónomo justo antes de dar alimento en polvo a un perro, llegando a la conclusión de que, cuando el perro tenía hambre, comenzaba a salivar nada más al oír el sonido del metrónomo.
Bien, cambia el metrónomo por el sonido del Whatsapp. Por ejemplo, si todos los días a la misma hora escribes algo breve, conciso y divertido y un buen día dejas de hacerlo, lo esperará con ansia.
Moraleja: crea estímulos que provoquen respuestas.
4. Química: El roce hace el cariño
Hace 6 meses leí un interesante artículo que hablaba sobre un experimento entre parejas que consistía en un año de sexo diario e ininterrumpido, sin excusas. Muchas de esas parejas eran de las que, tras muchos años juntos, ya no practicaban ningún tipo de sexo. Entre otras declaraciones de esas parejas encontramos joyas como “El sexo regular nos proporcionaba una sensación de salud y bienestar que nos estimuló el deseo de tener todavía más sexo”; “Creo que desde entonces nos comunicamos más claramente y con más honestidad”; “Sea cual sea la frecuencia con la que lo estéis haciendo, duplicadla. Y, de aquí a seis meses, duplicadla otra vez. Es una prueba de que estáis aquí, vivos y estrechamente juntos”...
Ese roce es algo único e inigualable que tienes con tu persona y que te mantiene más cerca de ella que de ninguna otra persona.
Moraleja: las relaciones duraderas requieren de esfuerzo, trabajo y constancia, pero la recompensa es un tesoro quizás eterno.
Crédito de la imagen: hollywoodtake.com Música: hollywoodtake.com
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