Aprendí 4 técnicas de Tao sexual y ahora soy un Dios del sexo

Aprendí 4 técnicas de Tao sexual y ahora soy un Dios del sexo

Vale, te voy a soltar el spoiler nada más empezar: no, no soy ningún dios del sexo. Pero lo que te voy a contar es la puerta de entrada hacia el Olimpo de los folladores de conciencias, es decir, del sexo consciente. Y todo comenzó con el cachondeo de acudir a una clase de Tao sexual o, lo que es lo mismo, la sabiduría china en torno al movimiento de energías que supone el folleteo. Algo así como el tantrismo del hinduismo o el budismo tibetano y la alquimia occidental, pero explicado desde los principios establecidos por el libro del Tao Te King. Además, la gracia del cursillo es que lo impartía mi amigo José Toirán, un antiguo actor porno que creó el personaje de Ninja Squirt no hace falta explicar la habilidad que exhibía el ninja en los rodajes haciendo uso de lo que él llamó “kung fu sexual” hasta que decidió ir a Tailandia a recibir las enseñanzas del maestro taoista, Mantak Chia.

El caso es que José aprendió los fundamentos energéticos y espirituales de algo que estaba haciendo sin entender completamente y ahora se dedica a enseñarlo en plan bien. Por si fuera poco la experiencia venía acompañada de la periodista Mercedes Milá, un equipo de técnicos y su perro, Scott. Sin dar más vueltas te diré que esa tarde estábamos en una sala de céntrico local de Barcelona intentando elevar nuestra energía sexual desde los testículos donde se acumula como si se tratara de la batería del coche a nuestra cabeza. Algo así como sublimar una energía que los hombres debemos acumular ahorrando al máximo nuestro bien más preciado a nivel energético: el semen. 

Y ahí estaba yo con los leggings del running puestos, respirando de maneras muy extrañas e intentando que mi semen me convirtiera en un ser de luz mientras hacía botar mis pelotas junto a Mercedes Milá. Pero como explicar toda la experiencia paso a paso puede distraernos de lo realmente importante, lo que voy a hacer es resumiros algunas de las técnicas que José domina y que pueden ayudarnos a convertir nuestro sexo en algo más que una simple descarga física o de tu basura emocional. No se es un Dios del sexo por follar divino, sino por convertir el sexo en algo sagrado.

Hay que entender que para el taoísmo la energía sexual masculina está representada por el fuego y se proyecta caliente hacia fuera desde unos genitales externos y visibles, mientras que la energía sexual femenina está representada por el agua y el frío, por lo que es receptiva y se recibe en unos genitales ocultos en el interior. De esta manera, la clave del sexo taoista reside en que el fuego del hombre no sea una llamarada que seque el agua femenina, sino más bien un fuego lento y constante que caliente al agua y logre el clímax.

¿Cómo se consigue esto? Con el autocontrol y el conocimiento del cuerpo y las energías. En el caso del hombre que es en el que me voy a centrar ya que el cursillo iba dirigido a ellos esto se deberá hacer controlando los impulsos que buscan el placer inmediato la llamarada utilizando la respiración y el movimiento. Las técnicas de respiración y de penetración son aquí importantísimas porque intentarán que, poco a poco, la mujer reciba el estímulo que necesita para despertar su sexualidad que, dicho sea de paso, es la más fuerte del tao y la que recibe toda la atención durante el acto sexual.

A continuación te explico las más básicas para que veas de qué va la cosa. No todas son del curso porque con la TV de por medio no dio mucho tiempo pero te servirán igualmente: 

Respiración triangular

Lo primero es aprender a respirar porque es lo que finalmente controla el ritmo de la relación sexual. Si bajas el ritmo seguramente serás más consciente del proceso y evitarás correrte antes de tiempo. Una buena técnica es la respiración triangular, que consiste en dedicar 3 segundos a inhalar, 3 segundos a retener el aire y 3 segundos a expirar. Además hay que intentar utilizar el diafragma.

Regla de las 9 penetraciones

Las regla de las nueve penetraciones consiste en realizar ocho penetraciones superficiales con el glande en la zona exterior de la vaginay el clítoris para, finalmente, realizar una profunda con todo el pene. La idea es ir reduciendo el intervalo entre las penetraciones profundas a medida que la mujer vaya aumentando su nivel de excitación hasta hacer únicamente penetraciones profundas. 

Lengua hacia dentro

Utiliza tu lengua y ojos para contener tu energía sexual y no correrte. Esto puede parecer muy friki pero los que practican el tao sexual se ponen bizcos y tiran los ojos para atrás mientras llevan su lengua al interior del paladar hasta casi tocar la campanilla. Todo esto mientras inspiran profundamente o retienen el aire. Con ello se consigue retener la energía aún en los momentos más delicados.

Apretón de glande

Cuando sientas que estás a puntito de correrte, retira el pene y utiliza tus dedos índice y pulgar para apretar el glande durante unos segundos mientras controlas la respiración. En teoría esto te va a permitir controlar la eyaculación y recuperar el control de tu sensibilidad hasta el punto de poder retomar la penetración sin temor a alcanzar el orgasmo involuntariamente.

Perineo de hierro

Esta última técnica ya es más preventiva que otra cosa: para controlar tus orgasmos like a boss necesitas tener un perineo de hierro. Fortalecer los músculos del suelo pélvico permiten una mejor erección y un mayor control durante el sexo. También resulta muy positivo estimularte a diario para mejorar tu control sobre la sensibilidad de tu pene y acostumbrarte al estímulo.

No he querido alargar el artículo al infinito pero creo que con lo explicado ha quedado claro que filosofías como el Tao nos ayudan a entender que el sexo es mucho más que un simple acto físico, sino que involucra mucha energía y tiene una repercusión profunda en nuestro bienestar espiritual. Es por ello que no debemos ignorar o menospreciar enseñanzas mileniarias que han enseñado a generaciones de hombres y mujeres a entender algo que mal llevado puede esclavizarnos adictxs al sexo o hundirnos pero que bien entendido y utilizado puede elevarnos a los niveles más altos de la conciencia.