Enamorarse suele ser un proceso paulatino. Nadie se acuesta un lunes sin sentimientos ardientes en el alma y se levanta un martes perdidamente enamoradx de alguien. Lleva tiempo. Ocurre muy poquito a poco, día a día, centímetro a centímetro, hasta que estás dentrísimo. Por el camino, hay una serie de señales que pueden ayudarte a descubrir si lo que estás viviendo, eso que crece en tu interior, es enamoramiento o cualquier otra cosa de hechuras similares. Y en enamoramiento han reunido a varios psicólogxs especializados para establecer las más significativas. Haz el test. Descubre si te estás colgando.
Primeras señales
Número uno: no puedes dejar de mirar a esa persona. Y no se trata de una mirada sexual babeante. Según la describe el psicólogo Mark Hekster, es una mirada con la que "estás buscando algo": una mirada en la que ves fantasías de un futuro juntos. Número dos: cambios en tu rutina. De repente estás haciendo cosas que sabes que no te gustan pero que merecen la pena porque esa persona está ahí. No lo puedes evitar. Como explica la psicóloga de relaciones Madeleine Mason, abandonas tus hábitos porque "empiezas a desear su presencia y quieres atraer a esa persona hacia ti". Es un imán. Lo puedes sentir.
Número tres: pasas por alto sus comportamientos poco atractivos. Mientras que tus amigos u otras personas de tu alrededor señalan ciertos defectos de esa persona, tú ni los percibes o, cuando lo haces, te parecen incluso atractivos. Tu juicio está totalmente desbaratado. Hay un cóctel químico en tu cuerpo. Número cuatro: el tiempo a su lado pasa volando. En palabras de la psicóloga Daria Kuss, "estás en el flow cuando estás con esa persona, así que no notas el tictac del reloj". Después de todo, no hay ningún otro lugar del mundo donde quisieras estar en ese momento ni ninguna otra tarea que pudieras preferir. Estás en el sitio.
¿Te has sentido así?
Número cinco: la percibes como una persona inocente. Pero inocente de todo: de actos morales cuestionables, de fracasos y de llevar mal conjuntados los pantalones y la camiseta. "Cuando estás enamoradx, todo lo que ves es una versión idealizada de esa persona", señala Hekster. "Es la idealización del individuo en quien se concentran todos sus sentimientos". Número seis: desbordas optimismo como un unicornio. El chute de dopamina y otras sustancias que fluyen por tu organismo te mantiene en lo más alto de la cadena anímica. Es casi asquerosx lo contentx que estás ante el más mínimo gesto de cariño que te dedica.
Número siete: buscas el contacto físico. Es un impulso involuntario. Tú, que siempre has sido tan reservadx y secx, te descubres a ti mismx rozando su hombro, dándole un abrazo aparentemente inocente o cogiendo su mano. No puedes seguir engañándote. Número ocho: tienes a esa persona en tu cabeza atascada. Poco más que añadir, señoría. Las pruebas hablan por sí solas. Y número nueve, probablemente la más importante, la que permite distinguir el enamoramiento de otras vainas: quieres que sea feliz. Darías lo que fuera porque no estuviera triste nunca más. Y bien, ¿qué has descubierto? ¿Habemus amor?