Las 7 Etapas Por Las Que Pasarás Tras Dejar Una Relación

Según las encuestas realizadas por diversos estudios, las etapas tras dejar una relación no tienen por qué ser consecutivas, ni uno tiene que pasar por todas ellas.

Dicen los expertos en el amor, si es que alguien cree poder denominarse así, que existen 7 etapas que toda persona atraviesa tras una ruptura. Sentimental, familiar o laboral. Todas pasan por las mismas fases, en mayor o menor medida

Según las encuestas realizadas por diversos estudios, las etapas no tienen por qué ser consecutivas, ni uno tiene que pasar por todas ellas. Y mucho menos, cada etapa tiene un tiempo establecido, por lo que tan solo podemos definir los momentos por los que puedes pasar.

1. Negación

No te esperas esa conversación, esa frase que lo acaba todo. Crees que solo ha sido una discusión más. Te engañas pensando que al día siguiente todo volverá a la normalidad, que os veréis, os pediréis perdón, y sobre todo, minimizas pensando que lo malo no era tan malo.

Y así pasas las siguientes horas, días y semanas. Hasta que llega demasiado lejos, y entonces, es en ese preciso instante, cuando te das cuenta que ya está perdido.


2. Confusión

La peor de todas las fases, ni triste, ni contento. No sabes qué hacer ni adónde ir. Explicas cómo te sientes a tus cercanos y cada uno te intenta animar a su manera. No puedes seguir los consejos porque son muy distintos a lo que realmente te apetece. Te bloqueas.

Esos días pasan cantidad de pensamientos por tu cabeza, algunos buenos, otros malos, pero en ningún caso son estables. Buscas aficiones, pero nada te llena, tu cabeza está cubierta de un solo pensamiento y nada más allá de eso es más importante.


3. Tristeza

Has aceptado que se ha acabado, te echas las culpas de ello y empiezas a ponerte "canciones que describan lo que siento". Son los momentos que suenan Adele, Alejandro Sanz y James Blunt. Sientes que no levantas cabeza, que echas de menos tiempos pasados y afirmas que nada volverá a hacerte sonreír.

No es el peor momento, porque realmente estás haciendo lo que sientes. Si no pasaras por ello, es que la relación no tuvo importancia. Vive esta etapa: desconecta de todo, no hagas nada y creéte la persona con peor fortuna del mundo. Eso sí, aunque en ese momento lo pienses, la tristeza no es para siempre.


4. Rabia

Suele venir después de tanta tristeza acumulada. Piensas tanto en el pasado que vives como una injusticia este horrible presente. Tus pensamientos van dirigidos a lo bien que debe estar la otra persona, a lo rápido que te ha olvidado y a cómo has podido perder tanto tiempo.

Crees que se han aprovechado de ti, que has dado más de lo que recibías y que no mereces que te lo paguen así. Empiezas a hacer planes, te mueve un sentimiento de despecho y odio, niegas cualquier atisbo de tristeza. Sabes que no es sano, pero es lo que sientes.


5. Euforia

Poco a poco, empiezas a darte cuenta que eres mejor de lo que pensabas. No todo se ha acabado, solo se ha roto una relación pero el mundo sigue funcionando. A pesar de ti, a pesar de los dos.

Te valoras, y mucho. Te ves como alguien que ha vuelto a nacer, y no lo vas a desaprovechar. No piensas en la otra persona. El pasado lo recuerdas como algo confuso pero que te ha ido para bien. Te apuntas a todos los planes, como si se pudiera recuperar el tiempo perdido, y tienes más energía que nunca.


6. Reconducción personal

Algo o alguien te hacen ver lo bien que empiezas a estar. Y tú mismo lo confirmas. Olvidas la rabia acumulada, dejas atrás la tristeza, sonríes por tu vida y deseas lo mejor a la otra parte.

Miras por ti, te das cuenta de lo mal que has estado este tiempo pero afortunadamente la tormenta ya ha pasado. Sonríes recordando situaciones absurdas de las anteriores etapas y sientes que tu vacío existencial se ha llenado con tu propio bienestar. Empiezas a disfrutar de la vida, siendo tú mismo.


7. Estabilidad

Haces vida normal. No te mueve ni la rabia, ni la tristeza, ni la euforia. Eres tú mismo, la persona que eras antes de empezar esa relación.

No te presionas por encontrar a nadie, tampoco te cierras en banda a enamorarte de nuevo. Simplemente aceptas como eres y adelante. Sonríes, porque nunca sabes quién se va a enamorar de tu sonrisa.


Y solo en algunas ocasiones, muy pocas, quizás no necesites pasar por ninguna de estas fases. Porque a veces, si lo has entregado todo y sientes que lo has hecho bien, con una sola vez, es suficiente.

 

Crédito de la foto: picjumbo.com