Si hay un ejercicio plagado de fantasías, falsos mitos y leyendas urbanas ese es, sin duda, el sexo. La industria pornográfica se ha ocupado durante décadas de decirnos que cada encuentro debe ser un torbellino de sensaciones, una vorágine de movimientos imposibles y de posturas inverosímiles y que debe ser, por encima de todo, muy largo. No obstante, ante los coitos de más de media hora o 45 minutos se impone otra cifra, establecida por la Sociedad para la Terapia y la Investigación Sexual, que dice que la duración ideal son 13 minutos. Aún así, son muchos los chicos que no llegan a esa marca y, aunque tampoco sobrepasan establecida por la Sociedad para la Terapia y la Investigación Sexual, sí darían un brazo por aguantar más en la cama.
Para solventar este problema, aquí están los 6 consejos definitivos del psicólogo y sexólogo Ian Kerner quien, en otro momento de su vida, fue eyaculador precoz. Hoy pone al servicio de la humanidad su experiencia y sus conocimientos.

Domina los miniorgasmos
La masturbación, aunque parezca mentira, es una gran aliada para aumentar la duración del sexo si se sabe practicar bien. El sexólogo aconseja aprender a dominar la eyaculación poniéndonos al límite pero parando inmediatamente antes de terminar para recobrar una situación estable e iniciar de nuevo, pasados unos segundos, el movimiento. Son los llamados miniorgasmos, que acostumbrarán al cuerpo a no eyacular tan rápidamente y ayudarán también a controlar la llegada del clímax cuando el sexo se practique en pareja.
Piensa en cosas que no tengan que ver con el sexo
Mientras lo estás practicando, obviamente. Kerner habla de llevar tu mente hacia otros pensamientos que no se concentren únicamente en lo que estás haciendo. El famoso contar ovejitas, pero aplicado a otra actividad. Ampliando el foco de lo que te pasa por la cabeza y no centrándote solo en que estás practicando sexo conseguirás, por un lado, retardar la eyaculación y, por otro, no agobiarte pensando ‘ya acabo, ya acabo, ya acabo’.
Cambia varias veces de postura y ejercita el músculo pubococcígeo
Este es el músculo que integra la base de la pelvis, extendiéndose desde el pubis hasta el final de la espina dorsal. ¿Cómo ejercitarlo? Sólo hay que apretarlo: flexiona esa zona en tandas de 15 o 20 veces, sosteniéndolo durante uno o dos segundos antes de relajarlo. Estos ejercicios harán que durante el sexo puedas manejar mejor tu eyaculación y, sumado a los cambios de postura cada poco tiempo, evitar alcanzar el grado máximo de excitación. Así tardarás más tiempo en terminar.

Convierte tu pene en un juguete sexual
Porque no sólo sirve para la penetración. La estimulación del clítoris con el glande, los masajes vaginales con el tronco… Utilizar el pene como si fuera un juguete sexual ayudará a estimular a tu pareja sin que tú llegues demasiado excitado al momento de la penetración, según Kerner. También aconseja no abusar demasiado del roce con el glande por ser la parte más sensible, evitando así terminar, incluso, antes de empezar.
Utiliza sprays retardantes
El experto asegura que es sencillo encontrar en el mercado legal, nada turbio sprays retardantes con lidocaína que alargarán la duración del coito con facilidad. Estos productos se aplican sobre el pene minutos antes de comenzar e insensibilizan levemente la zona, haciéndonos menos propensos a alcanzar el clímax con rapidez. Aconseja asimismo probarlo cuando nos masturbemos para, primero, comprobar sus efectos y, segundo, ajustar el número de vaporizaciones que debemos aplicar.

Echa mano de pastillas
Tal vez sea su recomendación más controvertida. El sexólogo alude a esta alternativa como el último recurso si todo lo demás falla, porque no deja de implicar el consumo de fármacos. Habla de utilizar inhibidores selectivos que recaptan la serotonina, es decir, antidepresivos, pero subraya la necesidad de consultar siempre antes con el médico.
Seis consejos contados por un experto y condensados, junto a otros, en sus libros. El último que ha publicado es She Comes First Ellas llegan primero. Por probar que no quede.