5 señales inequívocas de que tu relación no sobrevivirá al verano

Existen síntomas en todas las relaciones que advierten de que algo entre vosotrxs no está como debería estar. Aprender a identificarlos es la clave para evitar desenlaces trágicos

Habéis pasado el invierno sin pena ni gloria y la primavera tampoco es que haya sido una explosión de pasión. Vuestra relación parece entrar en un punto muerto y la oleada de planes veraniegos que os llegan a través de amigxs está creando una tensión cada vez mayor entre vosotrxs. Asúmelo: el verano es la época de las rupturas en las parejas y es posible que la tuya tenga los días contados.

En un artículo de Elite Daily, la psiquiatra Susan Edelman ha resumido las cinco señales inequívocas de que tu relación tiene la misma consistencia que comerse un Calippo a pleno sol en agosto. Toma nota porque, si resulta que coincides con una o varias de ellas, es el momento de tomar cartas en el asunto y hablarlo o, directamente, cortar por lo sano y volver a la soltería. 

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1. Tu pareja te irrita continuamente

Es completamente normal que la persona con la que compartes gran parte de tu tiempo te llegue a irritar de vez en cuando. Sin embargo, como señala Edelman, cuando estos pequeños piques se repiten a diario o se producen por cualquier mínimo detalle es una clara señal de que algo falla en vuestra relación. En realidad, estas pequeñas tensiones son la parte visible de un problema que no está siendo bien enfrentado. Algo así como la punta del iceberg que destruirá vuestra relación como si fuera el Titanic.

2. Te sientes feliz cuando estás solx

Tu pareja está de viaje unos días y a ti te parece estar levitando de felicidad mientras piensas: “por fin, un tiempo para estar a mi bola”. Este es sin duda uno de los grandes síntomas de que vuestra convivencia está en su peor momento. No echar de menos a tu pareja un día o dos es completamente normal, pero cuando te sientes mejor o más tú sin él/ella es que realmente deberías quedarte en ese estado y reencontrarte contigo mismx.

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3. Ya no confías en tu pareja

Todo aparenta estar como siempre pero empiezas a notar pequeños gestos de que la otra persona podría estar coqueteando con alguien más o, directamente, siéndote infiel. Quizás sea el único punto de no retorno ya que, aunque intentes reconducir la situación con una buena conversación, es muy posible que acabes con la sensación de que la otra parte no está siendo todo lo sincera que debería y que, por tanto, la cosa no acabe bien. Por eso es imprescindible no llegar nunca a este punto. La comunicación y la empatía son la clave.

4. No os valoráis

Sentirse valorado por tu pareja es una de las cosas más bonitas de cualquier relación. Dar gracias por todo lo que habéis vivido juntxs y lo que os queda por vivir es una de las bases para mantener la ilusión en un proyecto de futuro. Si ese valor y respeto mutuo se pierde la ilusión jamás vuelve y se propicia que las cada vez más frecuentes discusiones incluyan ataques cada vez más degradantes. 

5. Te da pereza esforzarte

Si no valoras o no te valoran está claro que currártelo por la otra persona da un palo máximo. Es así. Toda esa ilusión que tenías al principio de la relación queda como algo lejano e incluso incómodo. La tendencia es tal que ya ni siquiera te esfuerzas por reconducir la relación después de alguna discusión por lo que vuestras crisis cada vez son más prolongadas y profundas. 

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“Siempre es difícil discutir cómo te sientes con otra persona”, recuerda la psiquiatra que, una vez llegado el caso de sentarse a hablar de uno de estos cinco síntomas y la posibilidad de dejarlo, recomienda empezar la conversación siempre desde el "yo", es decir, intentar comunicar cómo te estás sintiendo y qué crees que te está faltando en la relación.

Por supuesto, si os queréis, intentar salvar la relación siempre debería ser la opción principal pero, si llegado el caso ves que estas barreras son demasiado difíciles de superar o sientes que no tienes ganas de intentarlo, lo suyo es aprender a tomar decisiones y asumir que debes prepararte hasta que vuelvas a sentir que estás preparadx para una nueva relación. No todas las relaciones duran lo que nos gustaría, pero lo que está claro es que todas nos enseñan algo.