Si la adrenalina y demás hormonas echan una mano a la hora de romper el hielo con alguien a la hora de llegar al acto sexual, el bajón de endorfina que se produce al acabar puede provocar todo tipo de situaciones. Eso, los nervios, el no saber muy bien qué hacer, la falta de empatía o directamente de educación. ¿Qué hacer y que no hacer después de un polvo? Es un momento complicado para muchos, lo sabemos. Por eso, ahí va esta pequeña guía para no cagarla con tu ligue una vez acabado el coito.
1. Echarle/a de tu casa.
No hay necesidad. Si no quieres que se quede a dormir, se dará cuenta, y si se os han hecho las seis de la mañana con la tontería y quiere descansar un rato antes de volver a su hogar, ¿qué te cuesta? Mandar a freir espárragos a alguien que acaba de estar literalmente dentro de ti o cuyo interior has visitado, está feo. Más allá de estereotipos caballerescos del siglo pasado.
2. Pirarte tú sin hablar ni cinco minutos en plan, "vale ya he obtenido lo que quería".
Lo mismo. Si quieres marcharte a tu casa, al menos habla un ratito con el susodicho, que no parezca que ha sido un juguete sexual y punto. ¡Todos somos seres humanos!
3. Dormirte como un oso en periodo de hibernación si ves que la otra persona no lo va a hacer.
Pasados unos minutillos ya puedes soltar algún comentario tipo: "Bueno, la verdad es que estoy muerto de cansancio". Pero hombre, no hace falta caer en estado narcótico justo después de la última sacudida orgasmática.
4. Ponerte a mirar el móvil y darle la espalda.
Aparte de ser un gesto bastante maleducado, estás al lado de alguien con quien acabas de disfrutar de un buen rato de sexo. ¿De verdad hay algo tan importante en Twitter o Whatsapp que no pueda esperar?
5. No mostrar ningún tipo de cariño o afecto.
No te digo que os pidáis matrimonio el uno al otro, pero teniendo en cuenta que vuestros cuerpos han sido uno durante un rato, una caricia amistosa tampoco está de más.
6. Decir "te quiero".
He dicho una caricia amistosa, no venirte arriba emborrachado de hormonas y soltar un te quiero innecesario. Ojo, hay veces que un te quiero dicho a tiempo al acabar el polvo puede ser maravilloso. ¡Tu sabrás en qué punto está tu relación!
7. Preguntarle si se ha corrido en plan plasta e insistente.
¿Seguro? ¿Cuándo? ¿Cuando te estaba haciendo el dedo o cuando estabas tú arriba? No lo he notado mucho... ¿Te ha gustado? ¿En serio? Si no te ha molado dímelo y te hago un trabajito, eh.
8. No preguntarle en absoluto si le ha gustado
En el lado opuesto está el que se ha quedado a gusto y no entiende el sexo como una cosa de dos. Egoísta.
9. Interrogarle sobre si eres el dios/a del sexo bajado a la Tierra para darle una noche de satisfacción plena.
10. Soltar una frase típica de película de serie B tipo "Eso ha estado muy bien, nena".
Pfff... sin comentarios. Frases de galán de las pelis de sobremesa, NO.
11. Hacer tus necesidades con la puerta abierta
Llámame tiquismiquis, pero no me apetece oír cagar a la persona con la que acabo de vivir un momento erótico. Al menos, todavía no.
12. Ponerte a juguetear con sus genitales o pechos en plan nerviosito
Sí, a veces pasa, y no es agradable. Un pene es un pene, no un blandiblu y una teta, una teta, no una esponjita de esas antiestrés.
13. Dar las gracias
Como si te acabaran de prestar un servicio.
14. O felicitarle
Como si acabaras de pasarle un examen.
15. Preguntar con cuántas personas se ha acostado antes que contigo.
Tema recurrente y muy innecesario. Está ahí contigo, ¿de verdad necesitas saber YA qué otras personas han pasado por allí?
16. Y ya que te pones en faena, querer saber si eran mejores o peores que tú.
Rizando el rizo. Jugando con fuego...