12 Cosas Que Aprendí De Mi Primera Relación

Así fue como me sumergí en mi primera relación de pareja, donde aprendí muchas cosas que solo se pueden aprender la primera vez, y que nunca se olvidan.

Mi primera relación no fue, ni mucho menos, la mejor. Pero fue el prólogo de todas las demás, ese primer acercamiento al amor, a la vida en pareja. Fue mi primer campo de entrenamiento del difícil arte de amar, donde cometí mis primeros errores y disfruté las primeras emociones de algo nuevo y fascinante que se abría a mi paso.

Fue la primera vez en que descubrí lo que había después del precipicio. Cuando ya han pasado las intrigas de no conocerse, los nervios de encontrarse de nuevo y los besos tanto tiempo esperados, si eres valiente de tirarte a la piscina sin saber si estará llena o vacía, entonces aparece esa primera relación, donde ya nada es nuevo porque siempre es con la otra persona. Pero de pronto descubres que te gusta repetir, que te encanta descubrir nuevos matices, que el "me gustas" se convierte en un "te quiero", que todos los que ves por la calle te recuerdan inevitablemente a él, y que hasta las discusiones merecen la pena, porque te conoces mejor, te haces más fuerte... y no hay nada como la reconciliación.

Así fue como me sumergí en mi primera relación de pareja, donde aprendí muchas cosas que solo se pueden aprender la primera vez, y que nunca se olvidan.

 

1. Te pueden decir mil cosas sobre el amor, pero cada historia es única, y la tuya es diferente a todas las que describen en las películas de Hollywood.

2. Comunicar lo que sientes es más difícil de lo que parece, pero solo se puede aprender practicando.

3. De nada sirve que haya mucha atracción si no tienes nada en común con la otra persona: aficiones, prioridades, temas de conversación...

4. No podemos estar pletóricos en todo momento: las relaciones tienen momentos, días y etapas.

5. Puedes estar horas y horas hablando por teléfono y no cansarte ni aburrirte.

6. Hay veces en las que ni siquiera tú sabes lo que te pasa, pero si tu pareja detecta cuándo estás feliz y cuándo no, ha sido un buen fichaje.

7. Opinar diferente nunca debe ser un problema; de hecho, enriquece las conversaciones y la relación, siempre que haya respeto por las ideas del otro.

8. Vale la pena reírse de las cosas, y no tomarse todo tan a pecho.

9. Siempre habrá gente que opine más de la cuenta, y hay que aprender a hacerles un caso relativo.

10. Te sorprendes a ti mismo cuando ves lo motivado que puedes estar o lo cursi que puedes llegar a ser cuando tienes una relación feliz.

11. Hay vida más allá de tu relación: vale la pena cuidar a los amigos, las aficiones y el tiempo para estar solo.

12. Y la lección más importante la aprendí al dejarlo: la vida sigue, y a mí me tenía preparadas experiencias mucho mejores y maravillosas.