10 Cosas Que Debes Hacer Si Amas A Alguien Altamente Sensible

Cuando te llaman visceral están queriendo decir que la mayor parte de cosas que haces te rozan el alma de tal manera que o te la excitan o te la arañan.

Adoro la palabra "visceral". A menudo me dicen que lo soy "demasiado", supongo que es una crítica que te suelen hacer cuando tu "visceralidad" está en el lado más oscuro de su significado. He leído muchas definiciones de la palabra y creo que cuando te señalan con ella, están queriendo decir que la mayor parte de cosas que haces te rozan el alma de tal manera que o te la excitan o te la arañan.

Hola, me llamo Ana, y soy visceral.

Si estás cerca de mí, o quieres estarlo porque yo sí quiero, tendrías que tener especial cuidado con algunas cosas que a las personas altamente sensibles como yo nos vendría genial que hicieras. ¿Por qué deberías hacerlo? Pues porque, aunque es un camino tortuoso de subidas y bajadas, en el que nunca sabes qué viene detrás, que alguien haga las cosas desde las vísceras es puro, excitante y real, muy real, tanto que te hará sentir que estás vivo cada segundo que pase.

1. Sé Empático

Vale que no hace falta que compartas exactamente la misma sensación de emoción o decepción en cada cosa que yo, pero muéstrate empático. Nos sentimos altamente comprendidos y nos podemos dejar llevar más fácilmente.

"Comparte eso conmigo y prometo llevarte a las nubes".


2. Balancea

Sé el punto de inflexión, el umbral, el yang, el otro lado de la moneda necesario para frenar en el momento perfecto antes de que todo se desmorone. Súbete a la balanza y vuelve a ponerla a 180º, el equilibrio perfecto de emoción que devuelve las vísceras al sitio donde deben estar.


3. Abraza

A las personas altamente sensibles hay que abrazarlas mucho porque son capaces de sentir un abrazo más allá de la piel y muchas veces se convierte en la solución a muchos problemas.


4. Repite las cosas bonitas

Que sí, que ya lo dices muchas veces, pero las personas altamente sensibles son, en muchas ocasiones, altamente inseguras, y piénsalo, ¿qué te cuesta de vez en cuando dar esa dosis repetitiva de cosas que ya se saben pero no se dicen?

De mi última relación aprendí que no puedes quedarte esperando a que las cosas vayan bien o se solucionen, porque ten por seguro que irán mal. En las relaciones entre personas, hay que trabajar eternamente para que funcionen y muchas veces hay que preocuparse por mantener los pequeños detalles que la rutina mata.


5. Déjalo pasar

No intentes llevar la contraria siempre ni justificar cada cosa irracional que yo creo tener clarísima.

La sensibilidad y la razón no siempre se llevan bien y, si lo piensas, tiene su lógica. En la sensibilidad manda el impulso que manejan tus vísceras; en la razón mandan los pensamientos que maneja tu cerebro, por lo que no intentes convencer a mis vísceras con tu cerebro.


6. Espacio

En los mejores momentos de alta sensibilidad positiva necesitamos espacio a solas durante un rato para disfrutarlos, y en los momentos de máxima sensibilidad negativa también, para padecerlos. Las personas muy sensibles tenemos la costumbre de hablar con nosotros mismos, de escucharnos, de pelearnos y de debatirnos.


7. Nada de historias largas

Esto es así y no entiendo por qué, pero las personas muy sensibles sabemos escuchar, entender y empatizar, pero cuéntanos la historia de manera resumida, concisa y dividida en capítulos o nos dispersamos.


8. Si tienes que decir algo, dilo

No pueden engañarnos, tenemos la capacidad de notar a través de sensaciones que algo bueno o malo está pasando... acaba con la incertidumbre y, sobre todo, si algo no va bien, dilo.


9. Susurra

Creo que no hay nada más suave, sensible y cargado de magia que un susurro. Habla bajito, podemos notar el aire entre tus dientes y seguramente lo escuchamos mejor que si nos lo dices gritando a los cuatro vientos.


10. Toca

Sin duda nuestro sentido aventajado es el tacto, así que por favor, en lo que nos queda de vida juntos, no dejes de acariciarme.