La cita perfecta, el chico perfecto, parece que después de la copa habrá temita y, de repente, un “me tengo que ir”. Fue la llamada del póker. Aquel chaval, Cristian, había quedado para jugar una partidita y aquella chica, Leo Margets, no sabía que la decisión de acompañarle a la misteriosa sesión de póker le cambiaría la vida para siempre. Dos años después, con apenas 25 años, se encontraba en Las Vegas sentada en una de las mesas del World Series of Poker WSOP jugándose miles de dólares junto a tíos que no dudarían un segundo en desplumarla al primer descuido.
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“Me encanta que me intenten putear e intentar putearles yo. La verdad es que en una mesa de póker hay que ser muy hija de puta y a mí se me da muy bien”, comenta entre risas Leo Margets que ahora suma 33 añitos y que, por cierto, estuvo casi 12 años con Cristian sí, al final hubo temita. En aquel torneo de 2009, esta barcelonesa se confirmó como la mejor jugadora de póker del mundo al conseguir el Last Women Standing, es decir, ser la mujer mejor posicionada de un torneo que podría considerarse ‘el Mundial del póker’ aunque, en realidad, acabase en la posición 27º. Un premio que lanzó su carrera, pero que le sigue oliendo a machismo.
“Siempre digo que el Last Woman Standing es un premio totalmente rancio pero tampoco se me ocurrió vestirme de heroína o librar la batalla por la igualdad. Aunque sea casposo, reconozco que es lo que a los aficionados al póker les llama la atención y que es lo que vende. Aun así no deja de ser sexista porque, si se les ocurriese hacer ‘el último chino en pie’, la gente pondría el grito en el cielo. Es algo que acabaremos por superar”, explica Leo quien, además, tiene muy claros los motivos por los que las jugadoras continúan representando apenas un 5% del total de los profesionales de póker.
Según su teoría, la agresividad de los jugadores sobre la mesa convierte al póker en un territorio demasiado hostil e intimidatorio para la mayoría. “Un hombre tiene más testosterona y se nota en su manera de jugar, que es muy agresiva. Esa sensación de sentarte a una mesa a luchar incomoda a más mujeres que a hombres. A mí no me intimida lo más mínimo, pero debe asustar a otras mujeres porque ha existido demanda para torneos exclusivos de mujeres lo que a mí me parece el súmmum de lo peor”, sentencia. Y es que Leo es, ante todo, una gran amante de la democracia que rige el póker.
“Lo bueno del póker es que es super democrático. No valen para nada los estereotipos de hombre-mujer porque todo se guía por patrones personales, a nivel individual. Otra cosa es que los que jugamos siempre tendamos a hacernos una idea de los rivales. Está claro que si me das a elegir una mesa con 7 italianos o 7 suecos prefiero a los primeros, pero nunca se sabe. Recurrir a estereotipos no es una receta del éxito en el póker. Cada persona es un mundo y en la élite no hay diferencias”, resume Leo, quien se ha permitido el lujo de desplumar sobre la board mesa de póker a famosos como Matt Damon o Ronaldo ‘Fenómeno’.
“Lo más que he perdido en un día fueron 20.000 dólares y la vez que más he ganado fueron los ocho días en Las Vegas, en los que me llevé 352.000 dólares”, reconoce con total normalidad. Pero es que la cosa tiene truco. Más allá de ser la mejor jugadora de póker de España, nuestra ‘prota’ pilota del tema pasta, ya que tiene unos cuantos másteres en negocios, ha fundado una consultoría que ofrece herramientas del póker para mejorar tus competencias empresariales The Mindset Factory y su último libro, “¡Juega bien tus cartas! En la vida y en los negocios”, lleva un mes rulando por las librerías de toda España.
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Pero no te vayas a pensar ahora que estamos hablando de la reencarnación de Rockefeller o que los ‘pros’ del póker van quemando billetes de 100 dólares por la vida. La realidad es que, si se te ocurre dedicarte a esto, lo más probable es que tengas que hacer las maletas: “Los jugadores de póker estamos muy jodidos en España porque a nivel fiscal es muy difícil mantenerse como profesional. Te ahogan porque hay una doble imposición, pagas cuando te apuntas al torneo y luego al hacer la declaración. Eso sumado a que no te puedes dar de alta como autónomo porque no está reconocido como profesión y no te puedes desgrabar los gastos de los viajes, dietas, etc”.
En comparación con los States o el norte de Europa, donde las partidas de póker tienen récords de audiencia en televisión bastantes frikis, en Spain todavía estamos a años luz de tener una regulación decente. “Solamente el sur de Europa tiene estas leyes tan absurdas, por eso todos los 'pros' se van. Pero yo quiero vivir en España. Eso sí, si quieres vivir aquí te toca joderte y pagar por todo”, insiste Margets, quien cita los ejemplos de los que “la están petando” pero han optado por irse al extrangero: “Adrián Mateos, Sergio Aído, Sergi Reixach o Vicente Delgado se están saliendo y muchos ya se fueron”.
Y es que, aunque Leo haya reconocido en alguna entrevista que “el gen de la flipadez” corre por sus venas, sí que se muestra muy cauta a la hora de dar consejos a quienes pretendan iniciarse en el mundillo. “Lo primero sería decidir qué tipo de relación quieres tener con el póker. Como hobby puede estar de puta madre y hasta servirte como un extra con el que ganar algún dinerillo, pero para llegar a profesional tienes que tener cierto grado de obsesión. Sé que suena mal, pero como cualquier deportista de élite o cualquier persona que quiere alcanzar el éxito, debe de haber ese componente de obsesión”, apunta.
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Pero no te confundas, obsesionarse no significa alimentar la ansiedad, sino “dedicarle horas de juego, revisar manos y hablar póker”. Como ella misma dice, “en esto hay que ser un poco Buda Zen” y, precisamente por eso, utiliza el deporte como la manera perfecta de resetear: “Para mí, hacer deporte es fundamental para estar bien del tarro. Hace un tiempo esto se obviaba, pero ahora sí que se tiene en cuenta. Cada persona tiene su manera, pero a mí el running me deja la mente descargada para antes de un torneo”. Además, a Leo le gusta jugar lo más relajada posible: “Si pudiese jugaría en chándal”.
Al final, el póker tiene muchos puntos en común con nuestro día a día y, aunque la mayoría de nosotros no sepamos qué narices es un Bad Beat o un Fifth Street, las lecciones que pueden extraerse de él son válidas para superar muchos retos personales. “Se nos ha educado de una manera en la que tomar riesgos está visto como algo negativo. Eso hace que muchas personas no aprovechen las oportunidades que se les van presentando por miedo al fracaso. En el póker se aprende muy rápido que para ganar hay tomar decisiones y arriesgarse”, concluye Leo. Ahora ya lo sabes, atreverse a fracasar es el primer paso de los ganadores hacia el éxito.