¿Y Tú, Eres De Los Que Oyes O De Los Que Escuchas?

[audio mp3="http://www.codigonuevo.com/wp-content/uploads/2015/02/¿Y-Tu-Eres-De-Los-Que-Oyes-O-De-Los-Que-Escuchas-.mp3"][/audio]   Como venimos reivindicando ya en artículos anteriores, es una práctica muy frecuente quedar con alguien y,

 

Como venimos reivindicando ya en artículos anteriores, es una práctica muy frecuente quedar con alguien y, mientras tanto, hacer otras cosas consultar redes sociales, contestar un mensaje, responder una llamada, mirar un escaparate, maravillarte con algunos monumentos.... Ello conlleva que no prestemos toda la atención necesaria a la persona con la que nos encontramos y que esta pueda, en muchas ocasiones, sentirse ignorada o con un claro déficit de atención hacia su persona.

De ahí que hoy os propongamos esta pregunta, aparentemente muy sencilla, pero con un trasfondo algo más complejo: ¿y tú, eres de los que oyes o de los que escuchas? Como podréis intuir, el significado de ambos verbos es muy diferente el uno del otro, aunque quizás no lo percibamos a primera vista. Oír, por una parte, consiste en "percibir con nuestro oído determinados sonidos"; escuchar, por otra parte, implica un grado de compromiso o voluntariedad por parte del interlocutor, ya que debemos prestar atención e involucrarnos en lo que oímos.

A grandes rasgos, esta es la principal diferencia entre dos palabras que, si estuviésemos llevando a cabo un ejercicio de sinónimos, probablemente irían emparejadas, pero que, como podéis apreciar, no sería adecuado, ya que hay mucho que comentar tras su "simple" apariencia.

Y, por ello, desde hoy, queremos hacer un llamamiento a la cordura y al sentido común, viajar unos años atrás en el tiempo, donde una conversación merecía la pena y daba sus frutos, fluía, ya que una conversación, como tal, implica necesariamente la presencia de dos personas como mínimo, dos personas que comparten una información con unos fines muy claros y específicos: sacar unos beneficios de ella ya sea esperar un consejo, desahogarte por algo, explicar una anécdota....

Y escuchar implica entender el estado en el que se encuentra la otra persona, empatizar con ella. Pero, desafortunadamente, es muy frecuente que nuestra forma de aconsejar se limite a autopresentarnos como ejemplo del problema tratado ej: "Pues yo...", "Pues a mí también...". Dejemos ese egocentrismo y pasemos, por una vez, a un segundo plano, donde la persona que te requiere sea la merecida protagonista, cuya historia pase a ser el foco de la conversación, con soluciones específicas para el problema tratado y no con remedios universales que, como ya sabemos, no son válidos para todas las personas.

En ese caso, no lo dudes, habrás dejado de oír esa especie de zumbido al que nos enfrentamos día a día y habrás pasado a la segunda fase: estarás empezando a escuchar. ¡Enhorabuena, ya eres un buen conversador!

Música: Kevin MacLeod     Locución: Jesús Ranchal

La música empleada en esta locución está registrada bajo una licencia Creative Commons