Atrás quedaron los tiempos en los que podías encadenar varios días de fiesta. Salías el jueves, el viernes y el sábado, y todavía te quedaban fuerzas para tomar unas cervezas la tarde del domingo. Y el lunes, fresco como una lechuga. Eras capaz de liarte un martes hasta las cinco y levantarte a las ochoh sin problemas. Pero todo eso terminó. Ahora, sales una noche y no comienzas a notar alivio hasta, al menos, dos días después. Las tardes de terraceo son pagadas con resacas al día siguiente, y cualquier exceso se convierte en una tortura. ¿Qué te ha pasado? Sencillo: te estás haciendo mayor, y así es como se comporta ahora tu cuerpo frente al alcohol.

En primer lugar, conviene tener en cuenta que las enzimas responsables de la metabolización del alcohol van perdiendo facultades con el paso del tiempo. Un estudio elaborado por la doctora Damaris J. Rohsenow revela que la respuesta del cuerpo ante el consumo es radicalmente diferente a los 20 que a los 30 años, dado que los compuestos encargados de procesar estas bebidas y transformarlas en dióxido de carbono y agua, para que el organismo pueda eliminarlos, van viendo mermadas sus capacidades con el paso del tiempo.
De esta forma, las sustancias que provocan la resaca permanecen más tiempo en nuestro interior, causando auténticos estragos. Pero, además, el hecho de que nuestro cuerpo vaya acumulando mayores proporciones de grasa conforme pasan los años provoca que seamos menos capaces de absorber estos líquidos, contra lo que cabía esperar. Todo ello, sumado a niveles más altos de estrés y ansiedad, generados por unas rutinas más agobiantes de las que se tenían en la etapa de la adolescencia, hacen que el cuerpo descanse peor y que, por tanto, tenga menos armas para anteponerse frente a los ataques etílicos.

¿Solución? Dejar de beber. ¿Solución que de verdad queremos aplicar? Mucha agua para rehidratar al organismo, alimentos ricos en vitamina C, infusiones de manzanilla o jengibre y, sobre todo, moderación. El tiempo pasa, y pesa, así que si de cuidar al cuerpo se trata, quizá haya que empezar a adaptarse a sus necesidades.