
El mar y un atardecer encendido.
A poca distancia de ellos, se extendía una marea de sonrisas impacientes, deseando embarcar en el crucero Desalia que tenían delante. Había ganas y estaban presentes en el ambiente. Cualquiera que estuviera tan cerca como para tocar el mar con sus manos, intuiría que esa experiencia la recordaría cada vez que volviera a ese puerto, aunque fuera dirección a casa.
Con ese conjunto de desconocidos, después de las primeras palabras, los ‘holas’, los nervios, el sol ardiendo sobre la piel, todos compartían las mismas ganas de vivir el ahora. Porque si algo tiene Desalia es que es un hervidero de emociones.

Poco a poco, tras dejar las maletas en los camarotes, cada uno de sus rostros impacientes hablaban un idioma común: la filosofía del 'vive ahora'. Y Ernesto Sevilla ha sido el encargado de darle vida a una historia a bordo del crucero con más fiesta de la historia, y con un evocador más mediterráneo de fondo.

Un corto con sabor a verano
Maxi Iglesias, Juan Betancourt, Víctor Palmero y la youtuber Zaifer son los cuatro protagonistas del primer corto que Ron Barceló produce a bordo del Desalia, navegando las aguas del Mediterráneo. Como no podía ser de otra manera, la película se desarrolla en el catamarán y gira entorno a la inolvidable experiencia Ron Barceló.
Porque uno sabe cómo llega a un lugar, pero no sabe cómo se va. Porque el 'Vive ahora' trata de esto, de vivirlo todo con intensidad, y así fue para más de 1000 personas que rieron, lloraron y vivieron hasta el amanecer el especial décimo aniversario de Desalia. Ernesto Sevilla, que se estrenaba como director del corto, tejió con habilidad una historia que nos transportará al crucero de Ron Barceló y con la que, estuvieramos o no, de alguna forma nos hará estar presentes.
Porque te hará creer en la magia que envuelve ciertos momentos de nuestra vida. Porque te hará desear muy fuerte que ojalá el año que viene también puedas vivirla tú, y porque quizás todo sea una cuestión de actitud. Si estás abierto a las cosas nuevas, las cosas nuevas ocurren.
Y mucho más si hablamos de Desalia, donde las ganas de vivir con intensidad son siempre un requisito de entrada.