¿Qué harías si descubrieses que nos estamos olvidando de ser personas? ¿Que el calor de un abrazo, el cosquilleo de un roce o el fuego de una mirada ya no valen nada? ¿Que todo ha sido reemplazado por un teclado y el frío de un monitor? ¿Y si te dijera que eso ya está pasando y que, además, hay fuerzas que lo utilizan para manipularnos? Sobre estas y otras ideas gira MemE, una producción cordobesa cuyas reflexiones son terriblemente verosímiles.
MemE nos sumerge en un futuro próximo en el que todo está interconectado. Lo llaman la Red Global, un instrumento que ha facilitado enormemente la vida de las personas. Pero lo que estas no saben es que esa red es en realidad una herramienta que les ha robado la humanidad, convirtiéndolos en peones sin mente fáciles de controlar. Claro que siempre existe una anomalía, alguien que no ha caído en la trampa y está dispuesto a luchar contra el sistema.
¿No os suena de algo, mileniales? El futuro de MemE no es ciencia-ficción, sino realidad pura y dura, un ensayo de lo que podría ocurrir si dejamos que las redes sociales nos seduzcan. A fin de cuentas, ¿cuánto tiempo al día inviertes delante del ordenador? ¿Qué parte de tu jornada laboral dedicas a consultar Twitter o Facebook? ¿Cuándo fue la última vez que quedaste con tus amigos sin sacar ni una sola vez el móvil?
Las redes sociales nos tienen completamente sometidos, solo que no queremos admitirlo. Preferimos pensar que tenemos el control, que podemos desenchufarlas cuando queramos. Pero no es verdad: somos como el fumador empedernido, que se resigna a seguir consumiendo una sustancia que sabe perfectamente que lo está matando pero a la que se ha acostumbrado de tal forma que es incapaz de vivir sin ella.
¿En eso queremos convertirnos? ¿En esclavos de una necesidad ficticia? ¡No, por supuesto que no! Como siempre, nuestra generación encontrará el modo de darle la vuelta a la tortilla. Si queremos, claro...

El término que da título a la serie, meme, hace referencia a una idea que se replica sin control. Es la viralización de contenidos, de reflexiones, de pensamientos; la misma viralización que ha permitido a jóvenes de todo el mundo organizarse en contra del sistema y forzar el cambio, viralización de contenidos.
En MemE y en el mundo real, crearon la red para dominarnos, pero nosotros la hemos transformado en un instrumento de manifestación global. Y es que cuando consigues unir a muchas personas tras un símbolo, este se convierte en algo más.
Así es como deberían utilizarse las redes sociales: como un medio para comunicarse, no como un remplazo de la realidad; como una herramienta y no como un fin. Porque un monitor nunca podrá sustituir la dulzura de un beso o la belleza de una sonrisa. Eso nos conecta mucho mejor que 100 megas de fibra óptica.
Imágenes y vídeo: serie MemE