La policía húngara interroga al alcalde de Budapest por organizar el Orgullo prohibido

”Ni la libertad ni el amor pueden prohibirse. Y si no pueden prohibirse no pueden castigarse”

Los antecedentes de esta historia ya te los conoces: el partido de extrema derecha que gobierna en Hungría, liderado por el populista Viktor Orbán, aprobó una ley que prohibía la organización y participación de eventos LGTBIAQ+ como el Orgullo, y la gente organizó uno alternativo con la ayuda del alcalde de Budapest y el apoyo presencial de periodistas y políticos de toda Europa. Fue una demostración de fuerza de la izquierda continental. Del colectivo. Del progresismo. De la resistencia antifascista. Aquel apoyo evitó que Orbán disolviera el Orgullo prohibido por las malas, pero ya ha iniciado represalias: la policía interroga al alcalde cómplice de la gesta.

Una persecución que comenzó el pasado viernes. Como explican en un artículo de la NBC, “el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, llegó a la Oficina Nacional de Investigación de Hungría el viernes por la mañana, donde se había reunido una multitud de unos 200 simpatizantes”. Y es que Karácsony, al margen de ideologías, se ha ganado el cariño de mucha gente por defender algo tan universal como son los derechos humanos. Da igual a quién votes. Da igual si te va la economía de redistribución de la riqueza o la economía neoliberal. Es debatible. Lo que no da igual es que se discrimine y se intente expulsar a gente de la sociedad por ser quién es.

“Hace un mes, en el Orgullo de Budapest, muchísimos de nosotros le dijimos al mundo entero que ni la libertad ni el amor pueden prohibirse en la ciudad. Y si no se puede prohibir, entonces no se puede castigar”, dijo el propio alcalde antes de entrar en la sede de la investigación bajo escolta policial. Mucha de la gente que estaba allí para apoyarle temía que ocurriera algo muy grave. Y es que el gobierno de Orbán, como tantos otros de ultraderecha tipo el de Trump o Putin, no parecen tenerle mucho aprecio a la democracia y sus leyes neonazis hacen que mucha gente se ponga en lo peor. Aún así, la ciudadanía ha demostrado tener mucha valentía.

Así lo explicaba Karácsony a la salida del interrogatorio poco más de una hora después: “Hasta ahora, solo han podido entender el lenguaje de la fuerza, pero esa fuerza está debilitada y ya no tiene ningún efecto sobre la mentalidad de la gente”. Y no lo tiene por la unión. “Sabemos que o todos somos libres juntos o ninguno de nosotros lo será”. En cuanto a la investigación, el alcalde de la capital declaró haber sido acusado formalmente de organizar un evento prohibido. Él, por su parte, parece que no respondió absolutamente a ninguna pregunta. Habrá que esperar a ver dónde llega esa acusación. En cada uno de estos pulsos nos estamos jugando la libertad del mundo.