Las teorías conspirativas llegan a nuestros oídos, los rumores van contagiando páginas de internet poco a poco y, a veces, llegan a ser materia prima para varias semanas de cotilleos y charlas. Y si, además, tienes un amigo o amiga al que le molan esas cosas seguro que no se pierde un capítulo de Cuarto Milenio, adorará avivar las leyendas y teorías cuando parezca que ya se están esfumando. Por ejemplo ¿el hombre ha pisado la Luna realmente? teorías conspirativas ¿Estuvo Neil Armstrong de verdad allí? Para ti no está nada claro, así que es un misterio.
Y reconozcámoslo: a veces nos puede la imaginación y llegamos a creer que todas podrían ser ciertas. Quizás porque las versiones inventadas nos resultan más atractivas que la realidad; o simplemente puede que se deba a la complejidad y al poco control que tenemos sobre ciertos temas.
Ante tanta sobreinformación parcial, solo nos queda preguntarnos cómo podemos no caer en teorías conspirativas, o al menos ¿cómo saber si son falsas? Sophie Mazet es la autora del libro Manuel d’Autodéfense intellectuelle “Manual de autodefensa intelectual” , ejemplar fruto de las clases de autodefensa intelectual que imparte a sus alumnos de instituto. En una reciente Manuel d’Autodéfense intellectuelle, da algunas pistas que podemos seguir para desmontar cualquier teoría aplicando el pensamiento crítico. Solo hay que seguir algunos pasos.
1. Atiende a la fuentes
Comprueba las fuentes. Es un simple, pero efectivo, método periodístico y de investigación. ¿Cuáles son y de dónde salen esas fuentes que afirman esa teoría?, ¿es alguien que resultaría beneficiada si fuese cierta? Además, Sophie recomienda “intentar cruzar varias”. Aquí es importante tratar de salir de nuestra zona de confort, ya que solemos dedicar más esfuerzos a recopilar información que refuerce nuestras opiniones y pensamientos que justo lo contrario. “Es una inclinación natural de nuestra mente, todos somos así”, asegura.
Además, tal y como cuenta la autora, el número de jóvenes que se informa a través de Internet y que ni siquiera habla sobre actualidad con sus familiares va en aumento. Mazet recurre al concepto de “cerco informativo”, acuñado por el sociólogo Daniel Bougnoux: estamos encerrados en la propia forma de la que nos informamos, “siempre en los mismos sitios, en los mismos blogs, encontrándonos con cosas que refuerzan nuestras ideas”, explica.
Una forma de no salir de lo mismo y reforzar nuestras ideas. Todo este laberinto hace que si la teoría conspirativa ya ha podido con nosotros, sea bastante complicado encontrar argumentos para descartarla.
2. ¿Qué ocurriría si llevas la historia hasta el final?
¿Qué hubiera significado si esa teoría fuese verdad? ¿Qué implicaría realmente? Por ejemplo, de las miles de teorías que brotan cada mes sobre McDonald's en la red, seguro que has oído hablar de una que asegura que las hamburguesas de la cadena están hechas de lombrices. Hagamos lo que recomienda Sophie Mazet: creamos por un momento que la historia es real, “si nos fijamos, en realidad las lombrices de tierra ¡son más caras que la carne de vaca! Por lo tanto, no supondría ningún incentivo para McDonald's”. Cocinando con ingredientes más caros no es precisamente como la multinacional ha levantado su imperio ¿no? Pues, teoría desmontada.
3. Y de verdad ¿no hay una explicación mucho más simple?
Toda la argumentación de esa teoría conspirativa mola. Un guión de una película de ciencia ficción podría salir de ahí. Pero ¿y en la vida real? ¿No hay una explicación mucho más simple? Es lo que se conoce como la navaja de Ockham. Es un principio metodológico y filosófico que Sophie recomienda usar en estos casos, y que afirma que, cuando un fenómeno tiene dos posibles explicaciones o más, la explicación más simple tiene más probabilidades de ser correcta.
Y añade: “Siempre pongo el mismo ejemplo a mis alumnos: tienes una cita con un chico o una chica el sábado. Y fue muy bien, fue perfecto, todo el mundo parecía seducido. Pero no volvió a llamar. ¿Por qué?
- Fue secuestrado por los extraterrestres
- Perdió su teléfono
- Se olvidó el teléfono en casa de su abuela
- No tenía ganas de volver a llamar
La respuesta [entre los alumnos] suele ser la 1. El problema es que deseamos creer la 1, 2 o 3, porque nos entristece que no tuviese ganas de volver a llamarnos. Preferimos contar historias que parecen poco creíbles que creer la explicación más simple. La mayoría de las teorías conspirativas funcionan de esa manera”.Y es que a veces nos importa más lo que puede hacernos felices que la propia lógica. Ahora ya tienes unas cuantas respuestas para tu amigo flipado que te quiere hacer creer que todos tus males son porque los Illuminati están dominando tu vida. Suerte con eso. Porque seguramente puedas con las teorías, pero con la cabezonería de tu amigo, no estamos tan seguros.