El Injusto Impuesto De los Tampones Y La Guerra De Las Mujeres Por Dejar De Considerarlos Un Lujo

 “¿Estás en esos días en los que te sangran de más?”, pregunta la campaña para presentarse. Y continúa: “bastante nos duelen los riñones para que nos duela también la riñonera”. Puede sonar divertido, porque lo cuenta con mucha coña, pero lo que no

 “¿Estás en esos días en los que te sangran de más?”, pregunta la campaña para presentarse. Y continúa: “bastante nos duelen los riñones para que nos duela también la riñonera”. Puede sonar divertido, porque lo cuenta con mucha coña, pero lo que no es en absoluto gracioso es lo que denuncia la iniciativa Tampons from Canada: los tampones y otros productos de higiene femenina tienen un IVA del 10%, como otros artículos de lujo como el caviar, por ejemplo. Como si vosotras pudierais decidir si queréis tener la regla o no. Vamos, que “encima de cornúas, apaleás”. Igualito que en otros países como Canadá, por ejemplo, donde los tampones tienen un 0% de IVA. Ni un duro. Bueno, ni un dólar canadiense. Por eso, aunque suene descabellado, sale más barato hacer un pedido a un súper de Toronto que bajarte al de la esquina de tu casa. Y por ahí va la cosa…

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¿Y si se valorase hacer ese pedido? Pero no de forma individual, sino una compra masiva. Pues ya se está estudiando, y las responsables de la campaña aseguran que sale a cuenta, incluso con los gastos de transporte y todo. Por eso, Tampons from Canada se ha propuesto hacer todo el ruido posible para que nuestros ilustres políticos caigan en la cuenta de que esto es intolerable y reduzcan el impuesto al 4%. Tomaron su inspiración, precisamente, del país del sirope de arce, donde una campaña a través de Change.org consiguió que, desde julio de este año pasado, los productos de higiene íntima redujeran el porcentaje hasta hacerlo desaparecer.

Y hay más modelos a los que se podría imitar: en Reino Unido, el IVA de tampones, compresas y copas menstruales es del 5%, y la población ha conseguido que David Cameron se comprometa a destinar todo el dinero recaudado a causas sociales de apoyo a las mujeres. Así, sí.

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Vamos, que presionando al parlamento desde la calle, se puede conseguir. En España también hay una petición formal a través de Change.org, liderada por la periodista Celia Blanco y dirigida a los líderes de los principales partidos políticos para que comprendan que estos productos son, igual que el pan o la leche, de primera necesidad para las mujeres, pero con una salvedad: una puede decidir no comprar una barra y sustituirla por tostadas o beber zumo en lugar de batido, pero no puede decirle a su cuerpo “ey, este mes no, que voy justa de pasta y no me llega ni para tampones”. Por el momento, cuenta ya con casi 120.000 firmas.

Así que venga, al lío. Tampons from Canada ya ha dejado clara su intención: “si no conseguimos que nos bajen el impuesto, haremos el pedido masivo de tampones a Canadá”. Habrá que ver la cara que se le queda al que lo reciba. Pero algo tendremos que hacer, ¿no? Y si todo esto termina bien, lo mismo después de con los tampones toca ponerse con los pañales que tienen un 21% de IVA. Porque los bebés también pueden elegir dejar de cagar, ¿no?

Crédito de la imagen: Ashley Armitage