Guía sobre consentimiento sexual para 'dummies' (o para los que no quieren enterarse)

Una lista de sencillos conceptos para entender el cómo funciona el consentimiento sexual. Recuerda: 'no' es 'no', y si no hay 'sí', también es 'no'.

Cada vez que surge la noticia de que otra mujer ha sido violada en España, una mujer es violada cada ocho horas, surgen comentarios que culpabilizan a la víctima por no reaccionar de forma tajante o por 'ir provocando'. Es decir, decenas de argumentos, a cada cual más absurdo que el anterior, que contribuyen a seguir engordando la llamada una mujer es violada cada ocho horas.  Por desgracia, parece que todavía hay muchas personas a las que les cuesta entender qué es y cómo funciona el consentimiento sexual y qué es un abuso o violación.  Por todo ello nunca estará de más aclarar algunos conceptos. En serio, son muy sencillos.

1."Sí" y "no"

Como dijo la actriz Leticia Dolera en un vídeo contra los abusos sexuales en las fiestas de la ciudad de Madrid, "cuando una mujer dice ‘no’, significa no", pero "si no hay ‘sí’, también es no". Es decir, asegúrate de que la otra persona quiere tener relaciones sexuales esto incluye penetración, sexo oral, tocamientos, besos... En serio, cualquier cosa. "Necesitas que las personas digan ‘sí’ explícitamente, ya sea de forma oral o de otras formas. Pero tiene que ser claro”, explica Mentxu Abril, psicóloga y especialista en violencia de género.

2. La gente cambia de opinión

Estás besándote con alguien que conociste en Tinder y puede que hayáis hablado de acostaros más de una vez. Sin embargo, cuando la cosa se calienta y pasáis a mayores, ella cambia de opinión. Decide –POR EL MOTIVO QUE SEA– que ya no le apetece acostarse contigo. Bien, tienes dos opciones: resignarte o preguntarle por qué ese giro de guión. Lo que nunca deberías hacer es enfadarte o chantajear a tu potencial pareja sexual para que termine cediendo. La gente cambia de opinión y no, nadie te debe sexo solo porque os hayáis besado o te haya dicho por Whastapp que quería hacerlo.

3. El otro no sabe si quiere

Si le ofreces a alguien una taza de té y no sabe si le apetece tomárselo o no, puedes ponerte a preparar una piscina entera con tu mejor intención. Sin embargo, eso no hará que tu invitado termine tomándose el té ni puedes obligarle metiéndole un embudo por la garganta. Este sencillo y casi ridículo ejemplo es totalmente extrapolable al sexo. En serio, no tienes ningún derecho a enfadarte si al final no mojas. 

4. La otra persona está inconsciente

Más claro, agua. Si tu pareja aunque os conozcáis de una noche está dormida o tan borracha que ha perdido el sentido, no va a poder decirte que quiere acostarse contigo. No va a salir un 'no' de sus labios, pero OJO, tampoco un ‘sí’. Así que no tienes ningún derecho a interpretar el silencio como mejor te convenga o estarás abusando sexualmente de esa persona.

5. Primero dijo ‘sí’, pero después se durmió

Si te has llevado a un ligue a tu casa y os habéis metido en faena pero, debido al alcohol o las drogas, se queda dormida, no tienes ningún derecho a tener sexo con esa persona. "Oh, pero si quería, incluso habíamos empezado a follar". ¿Por qué quieres tener relaciones con una persona inconsciente? Asegúrate de que está bien, déjala seguir durmiendo o despiértala para que se vaya a su casa o terminéis lo que teníais entre manos.

6. Si amenazas o coaccionas

Si me pides cinco euros mientras me apuntas con una pistola, es muy probable que te los dé con una sonrisa y tú seguirás siendo un ladrón. Si chantajeas, amenazas o coaccionas a otra persona para tener relaciones sexuales con ella, SÍ, es violación o abuso sexual.

7. Si ya habéis tenido relaciones sexuales antes

Que hayas compartido encuentros sexuales con otra persona en más de una ocasión no significa que esa persona se convierta en tu ‘follamiga’ permanente. Pero si ya os conocéis y sabéis qué y cómo os va, ¿también tienes que preguntar? Sí, todas y cada una de las veces tienes que asegurarte de que quiere sexo contigo porque, recuerda, las personas cambian de opinión.

La espontaneidad está muy valorada en el sexo. A cambio, a menudo se sacrifica la comunicación. Seguro que no vas a parar a preguntarle a tu pareja si quiere sexo esta noche o no porque ‘te corta el rollo’. Párate a pensarlo un segundo. “No, pero si fuera así, ¿por qué sería tan malo?”, plantea la psicóloga Mentxu Abril. “Si uno se comunica de forma clara con las personas con las que tiene relaciones sexuales, estas serán mucho más sanas y placenteras para todos", añade.

8. Que quiera sexo contigo, no significa que quiera también con tu amigo

¿En cuántas películas has visto a una pareja enrollándose delante de su amigo? casi siempre es un chico, claro. Oportunamente, este empieza por ponerle una mano encima a ella y, claro, terminan por hacerse un trío. ¿Cómo no van a pensar ellos que todas las las mujeres estamos deseando hacernos un trío con dos amigos? Puede que sea la fantasía de algunas, pero la emoción del cine y su imaginación les ha llevado a pensar que ni siquiera tienen que asegurarse de que es así. Acuérdate: la clave está en que ella confirme que quiere : que lo grite, lo susurre o se lo escriba en la frente. Pero nunca des nada por supuesto.

9. Si baila de forma sexy o lleva ropa 'provocativa'

Aunque el umbral de lo que es sexy o provocativo se lo puede poner cada uno como quiera, todos los gestos son libremente interpretables. Por mucho que te hagan un baile sensual o se acerquen, sigues necesitando ese ‘sí’ para lanzarte al sexo con esa persona. Repite conmigo: Me aseguraré de que la otra persona quiere.