Cuerpos increíbles, poses ideales. Envidia. Ansias por emular. Frustración. Instagram es un campo de batalla que los influencers bombardean sin cesar con sus fotos perfectas, haciéndolas estallar para esparcir su metralla y minar así el autoestima del resto de usuarios que apenas saben utilizar el filtro 'Valencia'. La sociedad impone sus cánones: tersos glúteos, musculosos brazos, vientres planos. No hay sitio para autoestima y las comparaciones no dejan sitio al equilibrio.
Por eso, la blogger Louise Aubery ha presentado su peculiar estudio sociológico, compartiendo una foto en la que explica cómo se ve ella y comparando sus opiniones con las de los demás. Y ha descubierto lo que sospechaba: donde ella solo ve celulitis y una nariz prominente, los demás caen rendidos ante su brutal sonrisa, sus largas piernas y su trasero bien puesto.
Porque nosotros somos nuestros peores jueces: "Creé este post porque creo que las plataformas de medios sociales no son lo que podrían ser y deberían ser, es decir, una herramienta para promover el empoderamiento", explica Aubery, que sabe bien a quién echar la culpa. Según ella, la 'belleza' imperante está sometida al yugo de la influencia de las modelos aunque nadie suele reparar en que sus fotos hacen un uso a veces excesivo de la edición fotográfica creando imágenes irreales.
"Somos menos críticos con los demás porque no les cargamos con la misma presión que nos ponemos a nosotros mismos", añade la blogger. Por eso cree que es crucial que empecemos a ver lo bueno que hay en nosotros y que dejemos de compararnos con los demás, viendo en ellos todo lo que a nosotros nos falta. "Todavía hay demasiadas mujeres que fijan expectativas poco realistas al publicar solo fotos muy halagüeñas de sí mismas, a veces muy editadas, lo que envía el mensaje equivocado a un público muy sensible", constata Aubery.
Sin embargo, y tras comprobar las reacciones de las personas a su foto, la francesa abre un hueco a la esperanza: "Hay una creciente comunidad de influencers positivos y mujeres asombrosas que difunden la positividad del cuerpo y el amor propio". Por eso, Aubery te pide algo: deja de compararte y empieza a fijar tu mirada en aquello que te hace especial. Porque tus 'defectos', seguro, pasan más inadvertidos de lo que crees.