379 votos a favor y 137 votos en contra. Ese fue el resultado de la votación que tuvo lugar este pasado martes dentro del Parlamento del Reino Unido sobre una enmienda destinada a despenalizar el aborto en los países de Inglaterra y Gales. Y es que sí: la Ley del Aborto de 1967 recogía el permiso de una mujer para interrumpir su embarazo en caso de riesgo físico o mental o ante graves anomalías físicas o mentales del feto, pero no en cualquier otra circunstancia. De ahí que muchas mujeres hayan sido investigadas por la policía y algunas hayan tenido que sentarse en un banquillo judicial a lo largo de estas últimas décadas.
Era una ley de otra época. De otro momento histórico. De otra mentalidad. A partir de ahora, reza la enmienda, “ninguna mujer comete un delito en relación con su propio embarazo”. O dicho de otra forma: que por fin se entiende y se dice que es la mujer la que tiene el derecho exclusivo a decidir sobre su cuerpo y lo que pasa dentro de él. Algo muy lógico que dentro de 500 años nadie pondrá en duda, pero que la ultraderecha ávida de venenos del pasado se esfuerza aún por combatir. Sea como sea, está claro que lo que han tenido que sufrir todas esas mujeres juzgadas bajo una ley tonta y machista se queda para ellas.
De todas formas, esta enmienda tampoco es la gran cosa. No comparado con lo que DEBERÍA SER. Piensa que no altera el hecho de que lxs médicxs, lxs enfermeras y lxs parterxs que participen en un aborto en el que no medien riesgos para la salud de la mujer o del feto puedan ser investigadxs y condenadxs. Es decir, que allí tú puedes abortar libremente sin que la ley te persiga, pero no por medios legales. Una vez más, los vacíos legales dejan a las mujeres en una situación de indefensión injustificada e inhumana. ¿Qué hacemos? ¿Volvemos a los viejos y peligrosos métodos caseros de aborto a escondidas de la sociedad?
Es lamentable. Además, el aborto legal seguirá requeriendo la firma de hasta dos médicxs. Algo que, según afirman lxs activistas proaborto británicos, expone a las mujeres a una especie de proceso de selección muy doloroso. En palabras de una de ellas, del Ad’iyah Collective, “solo la despenalización total, la eliminación completa del aborto de cualquier tipo de proyecto de ley policial y del sistema de justicia penal es la solución. Necesitamos que se elimine toda restricción lo antes posible”. O sea que se ha dado un pasito importante pero quedan varias zancadas por dar. En Reino Unido y en tantos otros lugares del mundo.