Que la menstruación haya tenido tan poquita legislación en el mundo entero a lo largo de las décadas (y los siglos y los milenios) es una prueba más de que el sistema ha funcionado siempre desde una perspectiva patriarcal. Como se trata de una circunstancia que a ellos no les afecta en absoluto, pues para qué vamos a poner en marcha leyes de protección y de concienciación. Esa ha sido la lógica. No hay otra lectura posible. Por suerte, y a pesar de los intentos de la extrema derecha por evitarlo, las cosas están cambiando y ya hay ciudades dando pasos al frente. Como Ciudad Médico, capital del país, que acaba de aprobar el derecho a faltar a clase por dolor menstrual.
Como cuentan desde El Sol de México, la iniciativa fue impulsada por la diputada María del Rosario Morales, miembro de la formación de izquierdas Morena, en un intento por “reconocer la salud menstrual como un derecho y proteger a niñas y adolescentes de consecuencias académicas o sanciones disciplinarias al ausentarse por su ciclo menstrual”. Es lo que ha venido pasando en todos lados toda la vida: si tienes dolores muy fuertes que no te dejan hacer nada y no vas al colegio o al instituto te penalizan de alguna manera. Allí ya no. Una vez aprobada esta ley, niñas y adolescentes tienen la legitimidad jurídica necesaria para quedarse en casa sobrellevando la situación.
Y no, no necesitan la firma de ningún especialista médico para justificar la inasistencia. Ni niñas ni adolescentes serán fiscalizadas ni puestas en tela de juicio. Como ha afirmado Morales, “más allá de comprobar, yo creo que es la confianza en las jóvenes y adolescentes, porque cómo justificas tu menstruación, solamente diciendo que estás en tu periodo”. En este sentido, la diputada cree que esta medida debe ir acompañada de un trabajo de concienciación en las aulas. “Es importante sensibilizar a los profesores”. Y a los alumnos. Para que las niñas y adolescentes no empiecen a sufrir acoso escolar tipo no te duele nada, solo quieres saltarte las clases. Porque pasará.
Además, Morales también considera clave el apoyo de las familias. La comprensión. El voto de confianza. De lo contrario, muchas jóvenes no solicitarán el permiso por no sentirse lo suficientemente cómodas. Esto es un trabajo colectivo y social en el que debemos participar todxs. Dicho esto, desde asociaciones como Menstruación Digna se piden medidas para compensar las ausencias y que las niñas y adolescentes no se queden atrás educativamente. Porque, dicen, “ese ha sido siempre el problema: el rezago que las mujeres enfrentamos por la menstruación”. ¿Qué te parece? ¿Apoyarías que medidas como esta se universalizaran cada vez más? Nosotrxs votamos SÍ.