Los fumadores de hachís expertos saben perfectamente a qué lugar del mundo deben peregrinar al menos una vez antes de morir, que por algo lo llaman la 'Meca de los fumetas'. Se llama Chefchaouen o Chaouen para los colegas, está en Marruecos y yo he estado tres veces en diferentes contextos. La última vez fui con mi novia y, un poco gallito, presumía de conocer el lugar, pero en ese viaje me di cuenta de que hay muchos europeos que no tienen dedos suficientes en sus manos para contabilizar sus estancias en el país.

Chaouen es una pequeña ciudad de 35.000 habitantes ubicada en el valle del Rif plagada de casitas pintadas de azul pálido en la que, en cada esquina, alguien te ofrece si quieres comprar hachís. Cada año miles de turistas viajan hasta el lugar para fumar, fumar y fumar. Así de claro y rotundo. Vale, quizás habrá gente que va a visitar la Kasabah la fortaleza del centro de la medina, a darse unos baños en el hammam en términos cool un spa con un toque árabe o a hacer alguna excursión por la zona. Pero, el verdadero motivo del viaje para muchos es comprar unos gramos de hachís de la mejor calidad y pasar tres días de globazo en la capital de la zona más exportadora de costo del mundo algunos.
"Cada año miles de turistas viajan hasta el lugar para fumar, fumar y fumar"
En cuanto mi novia y yo, embutidos en un taxi con otras seis personas, llegamos a Chaouen, sin apenas haber sacado las mochilas del maletero de aquella tartana de cuatro ruedas, fuimos asaltados por unos grupo de chavales:
-¿Hachís? ¿kifi? ¿opio? ¿chocolate?
-No, no, gracias.
Esa fue la tónica durante los tres días que pasamos en la ciudad. Cada 10 metros alguien te ofrecía hachís en sus más variadas formas y se extrañaba mucho cuando lo rechazabas. Incluso cuando entablamos conversación con un tendero, Abdul, con un vendedor de jabones y esponjas con solo dos dientes en la boca, intercambió un par de frases de cortesía con nosotros pero acabó pronunciando la misma pregunta: "¿Hachís? ¿kifi? ¿opio? ¿chocolate?"
"Si quieres ligar con hippies estás en el lugar ideal"
Pasamos tres días hospedados en un hotel que no costaba más de 4 euros la noche y allí pude corroborar una idea que había tenido en un viaje anterior a Chaouen: si quieres ligar con hippies estás en el lugar ideal. Hay buen rollo como producto del THC en vena, mucha rasta, mucha barba, mucho collar con los colores de la bandera etíope... Gente joven venida mayoritariamente de países europeos con ganas de pillar el fumadote.
Pero pese a todo esto, para nosotros la estancia fue un poco decepcionante porque no fumamos casi nada. Creo que influyó el hecho de que íbamos en plan pareja y no pegaba tanto. Lo sé , es como ir a a Port Aventura y no montarte en ninguna atracción... bueno sí, en el tíovivo.
Y yo que iba de experto pude comprobar que no lo era para nada. Cuando nos fuimos de la ciudad conocimos a un par de chicos portugueses que iban a tomar el mismo el mismo avión que nosotros a Barcelona. Inspirados por el buen rollo de Chaouen, decidimos pasar la horas de espera los cuatro juntos.

Estábamos desayunando en un bar de mala muerte cuando de repente uno de los dos empezó a tragarse bellotas de hachís. Me acordé entonces de que, en un momento de la conversación, me había comentado que era la 14ª vez que viajaba Chaouen. Iluso de mi, pensé: "Mira que majo, es un enamorado de Marruecos". Pero até cabos cuando se tragaba, una a una, 100 bellotas. Pasamos el control policial del aeropuerto, yo cagado de miedo, el tipo con la tranquilidad de un funambulista, llegamos a destino tras dos horas de retraso en el vuelo, y como el rayo, los portugueses desaparecieron. Supongo que buscando un retrete donde cagar todos los souvenirs que se había traído de Chaouen.