Desde siempre he tenido la sensación de que la gente me mira. No todos, pero sí los suficientes como para hacerme pensar. Cuando eres un niño ni lo entiendes ni te preocupa, pero las miradas entre curiosas y compasivas no cesan al hacerte adulto, y entonces empiezas a darte cuenta de que algo está mal.
Lo que me jode no es que me miren, lo que de verdad me molesta es que lo hagan con pena. Por un lado piensas que está bien porque eso implica que la gente tiene empatía. Pero detrás de tanta comprensión se esconde una realidad social llena de condescendencia: que todavía se nos trata, en muchos sentidos, de manera diferente al resto. Se confunde la integración con la inclusión.
Para aclararlo rápido, el proceso de integración se basa en incluir ayudas o mejoras para que ciertos grupos que sufren riesgo de exclusión puedan participar, de manera más o menos igualitaria, en la vida social. Pero siguen siendo un grupo distinto. Mientras que la inclusión se centra en la normalización de la situación de estos grupos dentro de la sociedad, de manera que la toma de decisiones se hace pensando en el conjunto.

No quiero sentirme 'integrado', no quiero formar un colectivo al que le dan las cosas hechas porque son unos "pobrecillos" que tienen dificultades añadidas. A los que hay que contratar porque desgrava y les ponen a ordenar papeles para que se sientan útiles. No necesito sentirme útil, lo que necesito es que me dejen demostrar lo útil que puedo ser. Tampoco quiero un trato especial cuando la cago, a veces tengo la sensación de que la gente es tan compasiva conmigo que podría pasarme tres pueblos y no me dirían nada. Y estoy harto. Estoy harto porque sé cuánto puedo dar a todos los niveles y quiero que me lo exijan como a cualquier otra persona.

Son pequeños - y muy sutiles - detalles los que marcan la diferencia. Por ejemplo, cuando entré en la universidad me pude saltar la nota de corte simplemente por ser discapacitado. Manda huevos, como si la falta de fuerza muscular implicase dificultades para pensar. ¿Por qué debo tener ventaja respecto a otras personas en algo en lo que estamos en igualdad de condiciones? Porque somos 'los discapacitados', así en general, sin hacer distinción entre la gran cantidad de discapacidades que hay y las distintas necesidades de cada una. Se crean ayudas sin entender de verdad la situación, y lo único que se consigue es que, pese a estar integrados, sigamos siendo diferentes.
Está muy bien poder contar con alguien que me eche una mano si necesito ir de un sitio a otro, pero lo que estaría todavía mejor sería que adaptasen todos los trenes y estaciones para que yo pudiese trasladarme solo. Actualmente se siguen haciendo un montón de cosas sin pensar en las necesidades de los implicados porque no existe una concienciación real. Todavía hoy, de todas las discotecas de Barcelona a las que he ido solo en una había lavabo adaptado. Como si mear en una discoteca fuese poco importante.

Así que yo, y todos los que sufren una discapacidad, continuamos siendo esos a los que se mira con cierta pena, cuando lo que realmente es una pena es que aún quede mucha gente que no entienda que no queremos compasión, solo ser iguales.