Las relaciones románticas nacen de la necesidad de conectar con otra persona. De tocarse emocionalmente. De acariciarse intelectualmente. De sentirse físicamente. Pero esto último se ve frustrado en las relaciones a distancia. Hay mucho menos contacto. Menos roce. Menos besos. Menos mezcla de cuerpos. Y lógicamente puede pasar factura. De hecho, es una de las principales razones por las que muchas parejas que viven separadas terminan rompiendo el vínculo para siempre: la falta de intimidad merma la potencia del vínculo y crea un vacío que a veces acaba llenándose con terceras personas. No obstante, no tiene por qué ser así. Podéis mantener la calentura viva con ciertas actitudes.
Una muy importante, cuenta la educadora sexual Sarasense, es establecer horarios para los encuentros sexuales a distancia. No, no es lo más sensual del mundo, pero dejarlo todo a la improvisación suele derivar en un abandono paulatino de estos encuentros. Y eso es un peligro. Por probar no perdéis nada: fijar unas horas y unos días a la semana, llamaos por teléfono o haced videollamada y dad rienda suelta a la fantasía y la lujuria. No olvidéis esa dimensión vuestra. No permitáis que lo vuestro se convierta en algo platónico. Cuidad la excitación. El resto del tiempo, si te sientes juguetonx, manda mensajitos que enciendan la situación. A la hoguera hay que echarle madera.
De hecho, Sarasense recomienda mezclar canales de comunicación. Mensajes de texto, audios libidinosos, videollamadas explícitas, cartas en las que relatéis lo que queréis haceros... Como dice esta experta, “recuerda que el mejor sexo, a distancia o en persona, siempre comienza en la mente”, así que “escríbanse eróticamente, envíense listas de instrucciones sexis para seguir, mastúrbense juntos o envien a la otra persona un enlace de pornografía ética para ver a la vez”. Y si os molan los juguetes sexuales, podéis regalaros artículos con los que pasarlo en grande a través de la pantalla. “¿Es tan bueno como tener a tu pareja cerca? No, pero podéis sentiros más íntimamente involucrados”.
La cuestión clave es, en última instancia, que la otra persona continúe siendo parte importante de la sexualidad de unx. Que la separación física no sea erótica. Y pensad en positivo: la lejanía hará que experimentéis con cosas que no habríais experimentado de estar más cerquita. En palabras de Sarasense, “la distancia puede ayudarte a forjar una mejor conexión emocional con tu amante”. Además, si lo hacéis, si os cuidáis sexualmente, no solo viviréis nuevas propuestas sexuales, sino que cuando os encontréis físicamente después de un tiempo separadxs tendréis la libido por las nubes y, muy importante, no os sentiréis extrañxs porque no os habréis desconectado íntimamente nunca.