Somos muchos y solamente hay uno. Queremos pensar que nos está esperando. A nosotros y sólo a nosotros, pero lo cierto es que conseguir trabajo es igual de complicado que ligar. Espera, ¿todavía no te habías dado cuenta? ¿Acaso no te saltan por igual tus alertas de móvil de las apps de buscar curro a la vez que las de 'hacer amigos'? ¿No estás esperando a que tu pareja de ensueño y tu trabajo soñado estén disponibles y te den la oportunidad de demostrar lo que vales?
Te levantas y te acuestas pensando en lo mismo. ¿Será hoy el día en que te cambie la vida? Tú quieres creer que tienes cualidades, que eres apto, que puedes desempeñar bien tu labor, ya sea como empleado o como pareja. Buscas la opción más atractiva. Que comparta tus gustos y opiniones, que muchos otros lo hayan intentado pero que sólo tú lo hayas conseguido. Y nada te gustaría más en el mundo que poder ir y contárselo a tus amigos y amigas, y hasta tu ex… empresa. La que te despidió sin darte una razón decente. Aunque al final estés dispuesto a lo que sea por pasar un buen rato, por volver a tener confianza en ti, por volver a sentir que te desean.

En los tiempos que corren las analogías son interminables y parecen darle la razón a Freud en todo. Capitalismo y cortejo sexual en este caso van de la mano. Hasta la teoría del famoso matemático John Nash se cumple: si nos organizamos fo… trabajamos todos.
Pero no nos organizamos. Todos queremos el puesto que más estatus social nos proporciona y convertirnos en los reyes y reinas del baile. Queremos retos y una vida de aventuras: queremos al pibón del garito. Pero no nos engañemos, la cosa está complicada.
Somos casi dos millones de personas de entre 16 y 34 años buscando trabajo. Concretamente, según la tercera encuesta de población activa de finales del año pasado 1.954.600 jóvenes que nadie se líe, que ahora se es joven hasta los 35 años y más queriendo volver de este sábado interminable y contar que hemos pillado. Y sin embargo las ofertas de trabajo son las que son.
La búsqueda es interminable y el flechazo puede suceder en cualquier momento, que para eso estás conectado las 24 horas. Pero tampoco hay que desesperar ni deprimirse. Exactamente igual que por la noche, el "no" ya lo tenemos. Nos lo han dicho un millón de veces. Da igual. Todo consiste en maquillarse un poco, en tener el curriculum y las redes sociales llenas de experiencias maravillosas, en aprender otro idioma, en hacer un voluntariado o buscarse una ocupación para no perder la práctica que cada cual imagine la analogía aquí.

Hay que hacer grandes promesas, ofrecer la mejor versión de uno mismo y mentir un poco, lo justo para que cuando se descubra el pastel no nos manden a la mierda. Pero las cosas claras: de lo que se trata es de conseguir una cita. Si cumplimos con sus expectativas o no, que lo decidan ellos.
Recuerda todos los consejos que alguna vez te dieron para ligar y aplícalos a la búsqueda. Esta es tu noche. Vas a comerte el mundo. Ponte guapo que “hoy seguro que pillas”… un buen curro.