El verano es sinónimo de poca ropa, de piel descubierta, y todo se multiplica en la playa, donde los bañadores y biquinis mandan. Y ahí estás, tumbada al sol, disfrutando de la brisa, cuando sorprendes al padre de familia que lee el periódico a tu lado distrayendo la mirada de las páginas de su diario para observarte con detenimiento. O al grupo de amigos que se os ha puesto detrás y que no para de estudiar tu anatomía como si se estuvieran preparando tu preoperatorio. ¿Solución? Difícil. Como mucho, ojos incisivos, cargados de odio visceral, y poco más que simplemente pasar de ellos. Obviamente, no te vas a poner una chaqueta. Pero sí puedes optar por otra prenda. Un bañador que repela cualquier tentación, antídoto contra la lujuria, que te haga sentir libre de la lascivia para seguir disfrutando de tu día. Es triste, pero no está mal, ¿no? Y al menos te echarás unas risas con tus amigos.
La imagen los dice todo: un torso masculino alejado de los cánones griegos de la belleza. Pectorales nada atléticos, barriga curvada y hasta el último centímetro de piel cubierto de pelo. Pelo en el ombligo, pelo en el esternón, pelo en los costados, en los hombros y en la espalda. Un torso serigrafiado con increíble realismo y disponible en tres tonos diferentes, para poder elegir el que más se acerque al tono de tu piel y poder lucirte 'como si no llevaras nada'.
'Sexy chest', se llama. 'Pecho sexy', en español. La prenda con la que tal vez sigas siendo objeto de todas las miradas pero, al menos, no con ánimo pecaminoso. La idea ha nacido en la empresa californiana Beloved, que se atrevió a promocionar su prenda invitando a conseguir "que el socorrista de la piscina diga: WTF". Nació casi como una broma, un reclamo publicitario, pero pronto se ha convertido en un éxito de ventas y Belovedue tiene otras prendas igual de coñeras, va camino, gracias a los millones de comentarios suscitados en las redes sociales, de entrar en los libros de historia de la moda. Aunque no sea en los capítulos de elegancia.