"No tengo el vientre plano, cuando ando me cuelga todo... pero ahora me doy cuenta de que cada michelín, cada curva y cada estría están perfectamente colocados para hacerlos felices a los dos". Así ha plantado cara a los 'cánones de belleza' Jazzy, una joven que ha publicado una foto junto a su novio en Instagram que ha dado mucho que hablar. Él es alto, guapo y musculoso. Ella, más bajita y con un ligero sobrepeso. ¿Es acaso esa diferencia insalvable para tener una vida en común feliz, plena? En absoluto: "Él lleva años adorando cada curva de mi cuerpo", proclama Jazzy en su publicación, que ha registrado miles de likes y se ha convertido en un alegato contra los prejuicios.
Según explicó en una entrevista concedida a The Huffington Post, ya ha probado cientos de dietas y complementos alimentarios para perder peso y ha llegado a plantearse pasar por el quirófano. Pero el refuerzo que encuentra en su pareja ha sido el mejor antídoto contra sus complejos.
"¿Cómo puede él amar algo que no es 'perfecto'? ¿Cómo puede un hombre que ha 'nacido en forma' querer a alguien como yo?", continúa Jazzy en su publicación. "No tengo un estómago plano y mi carne tiembla cuando ando... Dios, ¡si corro muy rápido por las escaleras, mi cuerpo aplaude solo!". La chica ha dado una poderosa lección a todos aquellos que tal vez se estén resistiendo a viajar a la playa ante la idea de tener que enseñar su figura 'poco estilizada'.
A todos ellos, Jazzy les dice: "Amo mi cuerpo y por fin veo por qué él lo hace también". Porque el verdadero amor no entiende de edades, razas y tampoco de tallas. Y este es el mejor ejemplo.