Seguramente hayas escuchado muchas veces que la amistad real entre hombres y mujeres es imposible, que alguno de los dos debe ser el antisexy poco agraciado, vamos para que no salten chispas. Aunque parezca una mamarrachada, esta afirmación está muy extendida porque la hemos adoptado culturalmente. Y Hollywood reproduciendo valores ya existentes tiene gran parte de la culpa. Por supuesto, esto se aplica a personas del mismo género que pueden gustarse, aunque el cine nos da más ejemplos de hombres y mujeres cuyos intentos de amistad no acaban saliendo bien.
Para mostrar esta idea 'hollywoodiense' nada mejor que algunos clásicos modernos del cine y frases como la de Harry Burns Billy Cristal a Sally Albright Meg Ryan: “Los hombres y las mujeres no pueden ser amigos porque siempre se interpone la parte sexual”.
Esta escena pertenece a la película Cuando Harry encontró a Sally, una de tantas producciones que se empeñaron en poner la amistad en el centro del debate, intentando llevarnos con relativo éxito a la conclusión de que al final sí iban a poder ser amigos. Ambos se conocen por casualidad y empiezan una amistad que se extenderá a lo largo de los años, siempre discutiendo sobre el tema en posturas enfrentadas. Buena prueba de ello es el recurrente diálogo, que arranca con la defensa de Sally.
- Yo tengo muchos amigos varones y para nosotros el sexo no cuenta para nada.
- No es cierto.
- ¿Insinúas que me acuesto con todos mis amigos sin ni siquiera saberlo?
- No, lo que insinúo es que todos ellos quieren acostarse contigo.
¿Quedan claros los argumentos, no? De los 90 también podemos incluir La Boda de mi mejor amigo, mítica película con Julia Roberts y Dermot Mulroney donde la amistad se mezcla inevitablemente con el sexo. Con otro desenlace y muchos más matices, siguió inculcando la misma conjetura de esa imposibilidad para ser amigos entre hombres y mujeres. Han ido apareciendo otras producciones que han seguido los mismos patrones, como la ñoña pero acertada La Boda de mi mejor amigo, cuyo título en español, Amigos de más, no deja mucho lugar para la sorpresa. Eso sí, en esta película hay que incluir como guapo a Daniel Radcliffe Harry Potter, porque de lo contrario se nos desmontaba la teoría.

En televisión habría que mencionar series como Friends o Cómo conocí a vuestra madre, donde buenos ‘colegas’ no consiguen separar la barrera sexual o tienen que derribarla primero, antes de pasar a ser amigos verdaderos. En última instancia y por ser el ejemplo más reciente, en la interesante Café Society de Woody Allen veíamos al joven Bobby Dorfman Jesse Eisenberg intentando entablar una amistad con Vonnie Kristen Stewart, algo que resultaba imposible debido a la atracción mutua.
Habría que redactar una petición a Hollywood para terminar con estas películas y series que le ponen trabas a la amistad sin sexo, porque están jodiendo cualquier esperanza de trasladarla a la realidad.

¿Sólo podemos tener amigas o amigos poco sexys? Aunque las películas te lancen ese mensaje, eso es ridículo y tampoco soluciona el "problema": cada uno siente atracción por cosas distintas y las particularidades del otro te pueden atraer más que su físico. Lo que sí queda claro es que mientras uno de los dos sienta algún tipo de pulsión sexual, parece que la amistad se desviará hacia algo inesperado.
No desesperemos: la idea es tener más cuidado con las interpretaciones, no inventarse señales donde nunca existieron y, para no complicarnos, querer conservar en todo momento la barrera entre amistad y sexo. Como siempre, la biología está ahí, el verdadero dilema es si realmente queremos o no usarla "a nuestro favor" y lo que eso significa en cada caso.