Querida Justicia, no te entendemos. A veces te pones tirante y burra para las cosas más sencillas. Para elementos que podrían llevarse a debate, o para ideas que difieren de las establecidas hasta el momento, pero que no hacen daño a nadie. Otras en cambio, te pasas cualquier principio por el forro de tus mismísimos, y te dedicas a dejar vacíos legales por donde pasas. Concretamente en España, hay varias conductas, profesiones y normas, que son una vergüenza, y que sin embargo NO son ilegales. Aquí va una lista corta:
1. Proxenetismo
Mientras la prostitución queda en el extraño ángulo de la alegalidad, dejando desprotegidas a cientos de mujeres, y permitiendo que las mafias ocupen el mercado del negocio más antiguo del planeta, el proxenetismo, es decir, la persona que obtiene beneficios de la prostitución de otra, no está enteramente condenada. Según nuestro Código Penal, esto sólo se castiga si el sujeto se aprovecharse de ciertas circunstancias como la edad, o una situación de superioridad discapacidad, amenazas, secuestro,....
2. El Esoterismo
Tarot, adivinos, curanderos. Son carroñeros que se aprovechan de la debilidad de otros, pero no son ilegales. Se calcula que el mercado del esoterismo mueve 3.000 millones de euros en España. Se trata de un fraude que sin embargo la ley no ampara. Al menos la jurisprudencia del Tribunal Supremo no siempre logra ser uniforme. De momento solo se considera estafa a veces, y las líneas para definirlo no parecen claras.
3. Los Zoos
En pleno siglo XXI, seguimos arrancando a distintas especies de su verdadero habitat natural, para lanzarlas en una jaula española, y así entretenernos. La ley regula que se debe alojar a los animales en condiciones que permitan la satisfacción de sus necesidades biológicas y de conservación. Según esta norma nosotros podríamos vivir sobre un orinal. Encerrar a animales es terrible, pero hacer negocio con ello, es una abominación. Lo mismo con los circos, y en general cualquier espectáculo que incluya animales. ¡Dejadlos en paz!
4. Fumar dentro del coche, con niños a bordo
Fumar dentro del coche, con pasajeros menores de 18 años, está prohibido en Inglaterra y Gales, con la entrada en vigor de una nueva ley que de "protección de la salud infantil". La medida incluye multas de hasta 50 libras unos 67 euros para los infractores. Algo que en España todavía no se ha dignado a suceder.
5. Poseer un tanque de guerra
La última tendencia en lo que se refiere a locomoción es comprarse un tanque. ¿Pero es legal tener un tanque? Pues, aunque parezca mentira, sí. Cumpliendo una serie de condiciones, entre las que se incluye tenerlo inmovilizado. Pero ¿no sería un poquito más fácil de controlar si simplemente, ¿uno no pudiese poseer un maldito tanque de guerra?
6. No votar
No votar debería ser una de esas líneas ilegales. Solo un par de generaciones nos separan de una dictadura. Si no te gusta el sistema, vota blanco, vota nulo, pero ve a votar. En algunos países, donde el voto se considera un deber, votar en las elecciones es obligatorio y está regulado en las constituciones nacionales y leyes electorales. Pero no se trata de un concepto nuevo. Algunos de los primeros países que introdujeron leyes de voto obligatorio fueron Bélgica en 1892, Argentina en 1914, y Australia en 1924. La mayoría de la gente no va a votar por pura vagancia, pero si estuviesen obligados a ir a las urnas, seguramente el panorama político sería diferente. Y si no, insisto, siempre puedes jugar al antisistema, metiendo por ejemplo una rodaja de chorizo en tu sobre.
7. Concursos infantiles
¿Soy la única que se siente incómoda con estas situaciones? Algo acerca de niños vulnerables, incapaces de digerir la situación en la que se ven inmersos, siendo explotados por sus padres, me envenena el alma. De hecho, en Francia, el Senado votó por prohibir los concursos de belleza en donde participasen niños menores de 15 años. Y es que los niños deberían jugar, no competir.
¿Estás de acuerdo con nuestra lista? ¿Qué incluirías que nos hemos dejado fuera? Recuerda que lo que ayer era ilegal, hoy no lo es, y al contrario. Así que podemos quedarnos obsoletos antes de que acabes de leer esta frase.