5 argumentos para desmontar a las personas que ponen excusas para no reciclar

Seguramente tú o alguien de tu entorno sea la típica persona que se inventa excusas para no reciclar. Estos argumentos te ayudarán a hacerles cambiar de idea

Cada día en nuestro país se depositan unos 8 millones de envases de vidrio en los 230.000 contenedores de reciclaje distribuidos por toda España. Es significa que cada uno de nosotrxs recicla en torno a 19 kilos anuales de vidrio o unos 65 envases entre botellas, frascos y tarros. La cifra está realmente bien y supone un avance del 6,6% respecto a 2018, pero, ¿realmente estamos reciclando todo lo que podemos? La respuesta es que no. Y lo sabes. Seguramente tú o alguien de tu entorno sea la típica persona que se inventa excusas para no reciclar o que, directamente, le da demasiado palo andar los 50 metros hasta los contenedores de reciclaje. 

Sí, esa gente existe y sus excusas van desde la simple pereza a las más elaboradas. Algunxs incluso desarrollan verdaderos discursos teóricos para justificar su decisión que, sin embargo, no tienen ninguna base real. Como es fácil caer en la retórica de la procrastinación del reciclaje, en eldiario.es han elaborado una lista con la que se puede aprender a rebatir los cinco argumentos más manidos sobre el reciclaje. 

“Que reciclen las empresas que venden los envases”

Este argumento es de lo más cuñado porque para empezar la responsabilidad de reciclar es de todxs, es decir, fabricantes y consumidores. De hecho, los fabricantes ya hacen su parte porque por ley la Ley de Envases 11/97 están obligadas a asumir los costes que conlleva el reciclado de sus envases. 

“Reciclar fuera de casa es inútil”

El típico que cuando viaja se olvida de reciclar. En nuestro país la mayoría de aeropuertos, estaciones de tren/autobús, hoteles, albergues, etc. disponen de contenedores o papeleras para el reciclaje por lo que tampoco es una excusa. Estar de vacaciones no te exime de tus responsabilidades con el medio ambiente, sino que te exige estar igualmente atento y a hacer el esfuerzo para adaptarte. 

“No me pagan por reciclar”

Es cierto, en otro países el retornar envases para su reciclado está remunerado con una cantidad simbólica. Sin embargo, que no te paguen o no sea tu trabajo no evita que no sea tu responsabilidad. Además, desde una perspectiva moral el hecho de que 37 millones de españoles colaboren con las labores de reciclaje y la mayoría de ellos se definan como “orgullosos de hacerlo” te hace posicionarte con el grupo de gente minoritario que no valora la función social y ecológica de un gesto tan simple. 

“Paso, no tengo tiempo”

Admítelo, esos 50 o 60 metros de más que tienes hasta los contenedores de reciclaje te parecen un pateo excesivo que acaba con tus ganas de vivir. Eso provoca que la bolsa de reciclaje vaya creciendo y con ella tu parece de bajar a los contenedores. Aquí no hay mucho más que señalar que en España hay 383.974 contenedores amarillos y 217.170 azules con lo que a no ser que vivas en una aldea perdida no tienes excusa. Andar 20 metros más para echar la basura no es ningún sacrificio.

“Reciclar daña más que un envase nuevo”

La falacia de las falacias y la más peligrosa. Un nuevo envase supone la extracción de nuevas materias primas con la consecuente destrucción de más hábitats y emisión de CO2 de maquinaria, procesado, etc. En cambio, con el reciclaje se evita explotar más el medio ambiente y solo se trata de recuperar algo cuyo único destino sería el de contaminar. 

Ni la pereza, ni los argumentos cuñaos, ni las teorías de la conspiración. Nada justifica que en pleno 2020 no recicles tus residuos. Se trata de una responsabilidad que tarde o temprano todxs tendremos que asumir y que, al igual que el planeta, no puede esperar.