Intercambio de opiniones. Debates constructivos. Expresión de ideas que no podrían expresarse mediante otros medios. Twiiter ha sumado mucho a nuestras vidas, pero también ha funcionado como caldo de cultivo para que una minoría intolerante soltara su bilis en dosis de 140 caracteres. Y lo peor de todo, y con bastante frecuencia, contra colectivos enteros. La reciente condena a un año de prisión al tuitero español que justificó el asesinato de Lorca por “maricón” prueban la gravedad de estos comportamientos en Twitter. Y la plataforma quiere hacer todo lo posible para exterminarlos.
Hasta ahora, la política de la compañía estadounidense contra “el contenido que deshumaniza a otros basándose en su pertenencia a un grupo identificable, incluso cuando el contenido no incluya a un objetivo concreto”, permitía identificar y censurar las agresiones verbales más evidentes: cualquier fomento de la violencia, cualquier amenaza o cualquier ataque contra otras personas por su raza, etnia, nacionalidad, sexualidad, identidad de género, creencia religiosa, edad, discapacidad o enfermedad grave. Pero el alcance de esa vieja política ha resultado ser insuficiente.
Como explica la propia compañía en la nota de prensa oficial, “hay tuits que muchas personas consideran abusivos incluso cuando no infringen las normas”. Aún no incurriendo en amenazas o violencia verbal, son comentarios que utilizan un lenguaje deshumanizador, es decir, que “trata a los demás como algo menos que humanos” al compararlos con animales y virus o reducirlos a sus genitales. No obstante, los límites sobre la naturaleza deshumanizadora o no de cada comentario resultan bastante difíciles de determinar. Requieren consenso. Y ahí entra la nueva estrategia de Twiiter para abordarlo.
En concreto, la plataforma pide mediante un formulario voluntario las opiniones de sus usuarios para poder delimitar ese otro lenguaje ofensivo que escapa a la política antiodio de la compañía. “¿Cómo se puede mejorar la política acerca de la deshumanización, si es que se puede mejorar?” o “¿Existen ejemplos de lenguaje que contribuyan a una conversación saludable, pero que puedan infringir esta política?” son algunas de las preguntas que contiene la encuesta, que estará activa hasta el próximo 9 de octubre. Una iniciativa pionera que podría llevar Twitter al siguiente nivel de tolerancia.