Probé una técnica para tener orgasmos brutales con el poder de la mente

Te lo adelantamos: sí, es posible correrse expansivamente sin contacto físico de ningún tipo

Unos meses atrás el rapero estadounidense Russ publicaba un inesperado post en Twitter explicando que no necesitaba tocarse para correrse. Sus palabras exactas fueron "yo solo me masturbo mentalmente, mis pensamientos son tan intrincados que pueden hacerme correrme y me encanta". Una confidencia sexual que, todavía hoy, sigue generando mucho cachondeo en las profundidades de Reddit. Bueno, cachondeo y una misteriosa dosis de hateo gratuito impregnada en comentarios como "igualmente seguiré batiendo mi carne mientras este nerd olfatea una flor", "por eso eres un puto nerd, Russ" o "¿qué cojones, Russ?".

¿Pero que quería decir Russ exactamente? ¿Acaso había trascendido espiritualmente la sexualidad corpórea y jugaba ahora al placer erótico metafísico con sus musas mentales? ¿Es eso posible? ¿Tener orgasmos no tocándote ni siendo tocado en absoluto? En Yahoo Respuestas, pozo insondable de sabiduría, encontré una elegante respuesta: "en los sueños también sueñas con alguna chica modelo bonita y amaneces lleno de semen por todos lados y todo eso sin tocártela ni nada". Cierto, pero Russ no hablaba de orgasmos producidos por el inconsciente. Russ hablaba de orgasmos mentales conscientes. De neurosexo.

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Neurosexo: ¿fake?

Sin clítoris. Sin pene. Sin bocas. Sin puntos G. Sin pies. Sin manos. Orgasmos que aparecen en tu vida con la única ayuda de tu imaginación. Sexo reducido al mínimo esfuerzo calórico. Tan mind-blowing que antes de seguir adentrándome en sus confines decido consultar a alguien de confianza para saber si es siquiera real: la sexóloga Ana Lombardía. "Claro que es real. Cuando tienes un orgasmo en sueños sin que nadie te toque es porque el cerebro genera las conexiones necesarias por sí mismo. Y hay gente capaz de estimular conscientemente tanto su cerebro usando la fantasía que, efectivamente, se generan orgasmos sin tocarse", explica.

Como un perro desbocado corriendo tras su pelotita, busco en internet qué tengo que hacer exactamente para hacer bullir mis neuronas hasta explotar orgásmicamente. La gran conclusión, decepcionante, es que no existe una fórmula universal. Depende de cada persona. Pero sí hay determinados consejos que se repiten una y otra vez: relaja tu mente, déjate conducir por tus fantasías eróticas, conecta con tu cuerpo, conecta con tu respiración... Frases con poquito contenido que no ayudan demasiado, pero conservo la motivación por experimentar esta especie de minimalismo sexual que Russ y tantos otros practican con entusiasmo.

Mi neuropaja

Me siento absurdo. Tumbado en la cama con las manos estiradas paralelas a mi cuerpo y una enrevesada trama fantasiosa supercachonda desarrollándose en mi cabeza. Me despisto continuamente, pensando en por qué estoy haciendo esto. Pero poco a poco, con el pasar de los minutos, voy ganando concentración y adentrándome verdaderamente en la fantasía. Noto toda mi energía sexual concentrada ahí abajo. Está muy guay estar tan presente, pero no desemboca en nada. Es como estar alimentando una bomba atómica que no termina de explotar. Puro masoquismo. Pruebo dos veces más pero nada. ¿Estaré yo escacharrado?

"Hay que tener potencia mental: capacidad de concentración, focalización de la atención y habilidad para fantasear y vivir esa fantasía con intensidad. Que sea una experiencia realmente vívida en tu cabeza. Pero la potencialidad para conseguirlo la tenemos todos. Es cuestión de entrenar. Es improbable que lo consigas de un día para otro. Pero de entrenar centrándose en el disfrute, no en alcanzar un orgasmo. El orgasmo es un reflejo y necesita de excitación y descontrol. Y si estás tratando de controlarlo será más difícil", dice Ana. Y no es la única que cita la sobreintención como un hándicap para llegar al neurorgasmo.

Emmanuelle Temis, maestra de tantra, coincide. "Tenemos un inconsciente enorme y está todo aún por explorar. Con el training consigues ir sintiendo cosas. Vas activando los circuitos de energía necesarios. Y es muy placentero. Pero los resultados son a largo plazo y cuando menos te lo esperas, como las grandes cosas de la vida. Las personas que conozco que lo han experimentado lo hicieron de manera casual. Porque así, al igual que cuando soñamos, no está el ego ahí controlando y buscando el orgasmo. El inconsciente te lo da". Esto de la intencionalidad no aparecía entre los consejos de internet, ergo el fracaso estaba asegurado.

Superorgasmo

En los años 80, la sexóloga estadounidense Barbara Carrellas vio cómo la amenaza del VIH mermaba los ánimos sexuales de los neoyorquinos. Y para que la peña pudiese seguir disfrutando de sus orgasmos dio cancha a toda esta corriente neurosexual combinando fantasías y respiración. Lo llamaron Think Off. Sonaba tan loco como hace unos meses las palabras de Russ, pero los escépticos tuvieron que rendirse a sus teorías cuando se sometió a Barbara Carrellas. ¿Los resultados? La actividad cerebral de Barbara usando el neurosexo era la misma que con el orgasmo físico, según la resonancia magnética.

No obstante, y a pesar de coincidir en contracción muscular, incremento de la presión sanguínea o dilatación de las pupilas, Barbara asegura que los neurorgamos no son orgasmos convencionales. Esto mismo afirma Emmanuelle: "Es una activación de la kundalini u órbita microcósmica. No es algo clitoriano o vaginal. No es el orgasmo que se desencadena en la zona sacrolumbar y que dura unos segundos y te vacía. Es distinto. Empiezas a temblar por todo el cuerpo. Y quienes conocen esta experiencia suelen no conformarse ya con los orgasmos normales". ¿Podría elevarse aún más el hype en torno al neurosexo? Sí.

"Cuando te estimulas tocándote el clítoris o el pene o el punto G o lo que sea estás estimulando una zona en concreto y por tanto suelen ser orgasmos mucho más genitales. Pero cuando tienes orgasmos mediante la estimulación mental los sientes por todo el cuerpo. Porque estás estimulando todo tu todo. Y, por tanto, el orgasmo es más expandido y de una sensación más etérea, menos física. Pero es un orgasmo y se identifica como tal", cuenta Ana Lombardía. Vamos que no vas a conseguirlos en una tarde, eso seguro. Pero al menos he aprendido que merece la pena entrenar para lograrlo algún día. Total, si fallo siempre puedo recurrir al método manual.