El primer gel anticonceptivo hormonal masculino ya está siendo probado

Los progestágenos son hormonas que reducen drásticamente los niveles de espermatozoides y de testosterona

Vayamos al grano: los anticonceptivos hormonales alteran nuestro sistema endocrino, encargado de regular nuestros niveles naturales de hormonas. La famosa píldora femenina, por ejemplo, suele combinar dosis de estrógenos y progesterona para engañar al cuerpo y hacerle creer que está en el primer trimestre de embarazo. En otras palabras: elimina la menstruación, reduciéndola a un sangrado residual. Las consecuencias para nuestra salud de los anticonceptivos hormonales están ahí y, sin embargo, hasta ahora han sido las mujeres las únicas obligadas a sopesar los pros y los contras de consumirlos.

Eso, no obstante, podría estar llegando a su fin. Teniendo en cuenta que hasta 100 millones de mujeres en el mundo están dispuestas a alterar su sistema endocrino en un acto de sacrificio, algunos investigadores financiados por el National Institute of Health de los Estados Unidos han decidido experimentar también con el sistema endocrino masculino para darles también a ellos la posibilidad de sacrificarse. En concreto, han desarrollado un medicamento en formato gel cargado de progestágenos, una variedad hormonal que reduce los niveles de espermatozoides en nuestro organismo hasta la infertilidad.

Sin embargo, y como ocurre con la píldora femenina, esta alteración hormonal tiene efectos secundarios en el organismo masculino: la testosterona cae por los suelos, un fenómeno que manda al traste el deseo sexual de los hombres. Estériles pero sin libido. Algo no cuadra. Por eso los investigadores han pasado los últimos diez años haciendo malabarismo con las dosis de progestágenos y testosterona con el objetivo de encontrar el mejor equilibrio posible. Y parecen haberlo logrado. O al menos eso creen a falta de conocer los resultados del experimento que han puesto en marcha para corroborarlo.

Más específicamente, 240 hombres emparejados, jóvenes y sanos se aplicarán el gel en brazos y hombros diariamente durante 20 semanas. Luego pasarán un año sin utilizar ningún otro método anticonceptivo adicional y luego seis meses sin aplicar el gel para verificar que los niveles de espermatozoides vuelven a subir. De funcionar, los hombres tendrían disponible este primer gel anticonceptivo masculino dentro de unos años. La pregunta es: ¿estarían dispuestos a asumir los riesgos que conlleva este boom hormonal artificial? La respuesta, como siempre, es personal, pero desde luego lograrán entender un poquito mejor la resistencia de muchas mujeres a meterse un anticonceptivo hormonal en el cuerpo.