Penes, vulvas y sudor: una maquilladora porno te explica las intimidades de su trabajo

Keren Delgado ha tenido que depilar más de un culo con cuchilla, pero su trabajo es más convencional de lo que podríamos creer

En un rodaje porno hay dos tipos de personas: las que observan el pollón del actor y el resto. De entre este último grupo, la única persona que piensa en la expresividad de los ojos de Nacho Vidal antes que en el resto de sus atributos es Keren Delgado. “Nacho es muy coqueto y a muchas veces me pide que le ponga sombra en los ojos para que resalten más y se vean más claros”, explica esta maquilladora de porno que lleva los últimos nueve años de su vida aplicando base, corrigiendo brillos y disimulando granitos en los rostros y genitales más cotizados de la industria en Barcelona. 

 

La rubia, la morena y la pelirosa. Que peligro!!! En el rodaje para Mofos.

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“Todo comenzó por una casualidad. Maquillé a la pornostar Dunia Montenegro en una sesión de fotos y, como ella hacía labores de dirección y producción, me propuso participar como maquiladora en rodajes de porno, algo que todavía no era tan habitual en España y que ella quería normalizar en sus rodajes”, cuenta Keren que todavía recuerda con claridad el impacto de su primer rodaje: “Al principio no estaba muy a gusto en los rodajes pensando que mirar a los actores o actrices mientras follaban podría incomodarlos. Pero para nada, lo último que piensan ellos es en que tú estás ahí”.

Los penes y vulvas NO se maquillan

Pero, ¿qué ocurre cuando tienes que intervenir? ¿se maquillan los penes y las vulvas para salir hermos@s ante las cámaras? Keren se ríe por nuestra imaginación calenturienta y responde: “Es la pregunta del millón, la típica que siempre te hace todo el mundo. Pero la verdad es que es lo menos habitual y la pregunta es hasta ilógica porque es un sector en el que no paran de rozarse, sudar, etc.”. Vamos, que de maquillar penes de 23 centímetros, culos respingones y tetas operadas nada de nada. De hecho, y como explica la maquilladora, su trabajo es "mucho más sutil y convencional".

“Normalmente nos centramos en preparar a la chica, algo que nos suele llevar una hora o hora y media. A partir de ahí es estar corrigiendo continuamente. A veces te tiras 10 horas en un rodaje retocando la base, corrigiendo brillos o recolocando una pestaña que se ha caído”, apunta Keren que no se ahorra los detalles: “También cubrimos algún granillo en la zona del pubis de estos que salen por la depilación. A veces algún actor pide que se le tape un granillo en la frente o en el culo y tú te ríes y le preguntas ‘pero quién te lo va a mirar, hijo’. También he depilado más de un culo con cuchilla, pero no es tan habitual”.

 

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De hecho, la higiene es uno de los aspectos más importantes en el porno y, precisamente por eso, no todo lo que vemos en las cámaras es tan real como parece. “En cada rodaje los actores se duchan 2-3 veces seguro y se pasan el rato limpiándose con toallitas húmedas. Otra cosa que la gente no suele saber es que cuando parece que el chico se está corriendo en las fotos lo que solemos usar es Almax o Gaviscón, los sobres típicos para el ardor de estómago, que simulan perfectamente el color y textura del semen. Eso se le pone en la cara a la chica para simular la corrida y que el actor no tenga que correrse en vídeo y foto. Estoy cansada de ponerlos y siempre llevo sobres en el maletín de maquillaje”, dice.

Los prejuicios sobre un curro normal y corriente

Lo mejor de conversar con Keren es la naturalidad con la que habla de una profesión que, en realidad, no tiene nada del otro jueves si no fuera por el morbo de pasarte todo el día viendo sexo en directo. El problema es que muchas personas no acaban de verlo así. “La gente se piensa que es un mundillo en el que terminas de rodar y se va todo el mundo a follar. Se creen que las actrices y actores están todo el día disfrutando de la vida y no es así, es un trabajo más”, recuerda la maquilladora que, por desgracia, también ha experimentado estos prejuicios por parte de sus parejas: “mi última pareja se rayó porque en un making off un actor se estaba pajeando a mi lado, pero es que yo no me doy ni cuenta. Es lo que veo todos los días“.

Pero más allá de los malos rollos puntuales, si hay una cosa de la que Keren puede estar orgullosa es de lo mucho que disfruta con su trabajo y de las amistades que le proporciona. “En el porno somos como una gran familia. Nos pasamos todo el día en el rodaje y se hacen muchas amistades. Soy un poco la ‘mami’ de muchas actrices porque la mayoría son muy jóvenes. Mañana tengo un cumple con siete actrices y otras me está dejando las maletas en casa. A veces hasta me llevo a mi madre de fiesta con la gente del trabajo y los actores/actrices le hacen bromas en plan ‘te vamos a fichar para un rodaje’”, cuenta entre risas. 

 

"Noche de fiesta con las más lokas y divertidas caperucitas X y con mi Clarita sexy"

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Una familia que recibe ‘foto pollas’

Y hablando de familia, el negocio le va tan bien que hasta ha metido a su hermana a trabajar con ella. “Le enseñé la profesión y nos repartimos las productoras, ahora trabajo un poco menos pero tengo más tiempo para mí”, dice Keren que señala a Barcelona como uno de los epicentros del porno en Europa junto a Budapest y Praga: “es una locura todo lo que se graba en esta ciudad”. Pero, donde hay dinero también hay personas dispuestas a ganárselo. “Cada día o cada dos días recibo alguna ‘foto polla’ a través de Twitter o Instagram de algún chico que quiere entrar en el sector y me pide consejo. Eso sí, las actrices tienen decenas y decenas de esas cada día”, reconoce la maquilladora.

Otro efecto secundario de su profesión es que consumir porno se ha convertido en algo más complicado para ella. “Es un problema porque si me apetece masturbarme casi no puedo ponerme porno porque conozco a todo el mundo, y si no le conozco me estoy fijando en el maquillaje, si la actriz está sintiendo dolor, si no hay química. Al final me toca buscar mucho para encontrar algo que no me distraiga”, se queja Keren que, debido a esto, no puede evitar comentar los cambios que se están produciendo en la industria que tiene cada vez más a lo amateur y low cost: “Cada vez se lleva más lo natural y ya casi no se ven las super rubias con pelazos espectaculares de los 90. Ahora lo que se lleva son las chicas pequeñitas o las MILF y nada de tatuajes. Incluso hay productoras que no usan maquilladoras”.

Los prejuicios siempre están en tu cabeza

Aún así, Keren es optimista porque sabe perfectamente que “todo son modas” y que mientras los rodajes sigan produciéndose, y tiene pinta de que en Barcelona no van a faltar, siempre habrán brillos que corregir, granitos que disimular y algún ojete que depilar a cuchilla. Porque, aunque lo suyo sea una profesión como cualquier otra, no hay duda de que para ella es la mejor profesión que podría desear. Una en la que se siente a gusto, libre de prejuicios y, sobre todo, en familia. Una familia poco convencional, claro está, pero que quizás podría enseñarle a muchas personas que, aunque en todos los gremios tienen sus movidas y lado oscuro —el porno no va a ser una excepción—, lo cierto es que en lo que al porno se refiere hay muchas más historias en la cabeza de la gente que en la realidad.