Lo que tu odio al reggeaton o al indie dice de ti

¿Por qué existe tanta competitividad entre distintos géneros musicales? No es necesario destruir lo que no nos gusta para reafirmar nuestra identidad, hay que aceptar la diversidad de gustos y respetarlos

¿Qué nos pasa con el hate? ¿Por qué es tan fácil criticar a través de las redes sociales? Esta realidad quedó perfectamente reflejada durante la época de festivales cuando Beefeater, apostando por la diversidad, juntó a personas con gustos musicales distintos para que se pusieran de acuerdo a la hora de disfrutar el festival.  En el Primavera Sound juntaron a una amante del trap con un fan del indie, en el BBK Live a un a una amante del trap con un fan del indie y en el Dcode a una a una amante del trap con un fan del indie.

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Ahora, tres de los seis protagonistas que han sufrido más hate se han reunido para contestar a los comentarios más punzantes y reflexionar sobre el odio en redes sociales en un nuevo vídeo. A través del hashtag #RESP3CT, decidimos tomar cartas en el asunto. La semana pasada abrimos nuestros stories a todo vuestro hate. Lo primero: gracias. Gracias por ser tan generosos y tan honestos. Fuisteis muchísimos los que decidisteis participar para ayudarnos a entender por qué echar hate es tan usual. Lo segundo: cuidado. Cuidado, porque aunque sintamos satisfacción en el momento, no es nada bueno. Aloja en nosotros un lado oscuro que nos amarga poco a poco y nos enfrenta a los demás.

Ahora bien ¿de dónde viene tal competitividad entre estos gustos musicales? Alicia Navarro, psicóloga especializada en terapia musical y mindfulness explica que odiar es algo típico de la adolescencia. Necesitamos ese rechazo para definir lo que nos gusta y nos interesa, es decir, nuestra identidad. Poco a poco, al hacernos mayores, vamos ganando más autoestima y no necesitamos destruir lo que no nos gusta con tal de reafirmarnos. Tenemos que sumarnos a la iniciativa #RESP3CT de Beefeater porque con la tolerancia y el respeto ganamos todos. 

Dime qué odias y te diré cómo eres

Los géneros han sido históricamente un paraguas bajo el que han ido formándose las tribus urbanas. Por eso hay tanto enfrentamiento entre ellos. Si eres indie, se supone que odias el reggaeton. Basta retroceder unos meses en el pasado para ver las reacciones al anuncio de J Balvin como cabeza de cartel del Primavera Sound o Bad Bunny como uno de los principales artistas del Sónar. El público más acérrimo de los festivales se indignó y dijo que qué era esa intrusión del reggaeton, género claramente popular y “menor”, en los principales escenarios del moderneo del país. Poco a poco, los ánimos se fueron calmando y a la hora de la verdad, los críticos que quedaban fueron callados por el volumen del perreo. Ambos hicieron de su concierto en una macrodiscoteca.

Sabiendo esto, os preguntamos por los géneros más comunes entre los fans de nuestra generación: reggaetón, indie y pop. Esto es lo que creemos, en base a las respuestas de Alicia, que puede ser que te está pasando.

Reggaetón

Hate 1: “Las letras machistas y denigrantes”

“La música está enmarcada en un contexto social y político. Por esto, a los cantantes que se decantan hacia un lado u otro, los fans pueden dejar de adorarlos. En este momento, además, la sociedad está un poco convulsa y la música, en consecuencia, también”, explica Alicia. Desde el #Metoo nos hemos vuelto muy críticos con los mensajes misóginos y por eso, un género que en general se asocia con mensajes de sumisión de la mujer tiene que luchar contra este estereotipo. Si bien es verdad que históricamente el reggaeton se caracteriza por sus letras machistas, el auge de este género ha hecho que proliferen formas alternativas de perreo, incluso el “matriarcal”, que impulsa fiestas donde mandan las mujeres para poder bailar sintiéndose sensuales y libres. Esto no solo pasa con el género en general, sino también con los artistas en particular, piensa en los fans que perdió Rosalía cuando usó un abrigo de piel.

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Hate 2: “Te hago yo 5 canciones de reggeaton en 15 minutos mientras me ducho”

Otra crítica clásica al reggaetón es la repetición en su estructura y la simpleza de su armonía. A oídos de quienes se sienten “grandes melómanos”, es un ritmo simplón que no merece su atención. Aquí hay dos análisis posibles: el primero, habituarse. “El oído se acaba acostumbrando a todo. Puede que te guste más o menos, pero oyes la canción en una tienda o porque la escucha tu vecino y la vas aceptando poco a poco, ¿quién no ha bailado nunca el Despacito?”, se interroga Alicia. El segundo está más relacionado con este concepto de la “calidad”. Por supuesto que en el arte, hay géneros más y menos sofisticados, pero eso no los hace, a los ojos de mucha gente, ni mejores ni peores. En este sentido, lo mejor es “aceptar que hay gente distinta a ti que escucha música diferente”, explica la experta. “La música, al fin y al cabo, es cultura y eso no se puede odiar. Sea como sean, se tiene que respetar y en especial si tiene muchísimos fans”, abunda.

Indie

Hate 1: “Los modernos y el elitismo. Soberbia”

Justo por el factor identitario del que hablábamos en la introducción, a veces no desprecias tanto la música como a la gente que la escucha. En este caso, como pasaba a la inversa con el reggeaton, hay un factor de alta cultura-baja cultura que deberíamos quitarnos de la cabeza. “Es un proceso de maduración. En la adolescencia, las hormonas pueden con nosotros. Después, nosotros podemos con las hormonas”, apunta. Es decir, aprendemos a controlar este desprecio y lo convertimos en algo más parecido a la aceptación.

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Hate 2: “Las letras de las canciones. Que si la transparencia del aire, que si el olor de las nubes…”

La ironía es otro clásico de las redes sociales. Igual que al reggaetón lo critican por ser demasiado básico a nivel rítmico o por las letras sexistas, ahora vemos cómo al indie lo critican también por lo mismo: etéreo, poesía barata, simpleza disfrazada de complejidad. “La música es música y la palabra hate es muy bestia”, explica la psicóloga, “aquí debería haber espacio para todo menos para el odio porque, al fin y al cabo, todo es una opción. Lo más cómodo es no odiar porque serás más feliz”. Si en realidad lo que más te llena en la vida es atacar lo que te parece superfluo, no te quedará tiempo para disfrutar de lo tuyo. “Todos podemos opinar, sin faltar al respeto y, cuando no tenemos información, saber reconocerlo humildemente”, recomienda Alicia. 

Pop

Hate 1: “Melendi”

Tajante y directo. Englobas un género en un solo artista. Puede ser que no te guste Melendi ni todo lo que representa su música, pero está claro que el pop tiene muchas más aristas. Según un artículo de Psychology Today, es más fácil odiar a un grupo que a un individuo solo, pero en este caso estás utilizando a Melendi, un cantante que no te gusta, para desprestigiar el género al completo. “Cuando era pequeña, en mi casa se escuchaba de todo: ópera, zarzuela, flamenco, rock, jazz… de todo. Ahora no sigo poniéndome toda esa música, pero sé que existe. Incluso escuchábamos la música que marcó esa época, como Julio Iglesias o Rocío Jurado. No hacerlo sería negar la época y tu entorno cultural, igual que mi hijo es de la época de Fonsi”, concluye. Escuchemos las voces de nuestra época para entenderla mejor.

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Hate 2: "Los estribillos que se meten en la cabeza aunque los odies"

“Este tema es más complejo porque tiene que ver con los procesos cerebrales y la memoria”, explica Alicia. Es decir, el pop se basa en la repetición y el pillarte desprevenido. No en vano se trata de un género musical vinculado al capitalismo. “Una mente que no está haciendo un esfuerzo cognitivo grande en un momento determinado propicia que divague. Resumiendo, mientras más escuchas una canción, más fácil es que la tararees todo el día, aunque no te guste…”, explica. Si el pop es el género que triunfa en los anuncios, las radios y las fiestas, por repetición seguro que se te acaba metiendo en la cabeza. No lo odias tanto por su esencia o calidad como por todas las veces que tienes que estar expuesto a él. Tantas, que se filtra incluso en lo más profundo de tu mente.

La música es protagonista de nuestra vida. Pocas personas son capaces de vivir sin este acompañamiento melódico. Está presente cuando te mueves en transporte público, mientras das un paseo, en casa al limpiar o existe, también, solo por el placer de escucharla. Y es que la música nos toca las fibras más internas: el gusto, el ánimo e incluso el inconsciente, y debería utilizarse para unirnos en vez de para separarnos. 

Ahora que los festivales de 2020 lanzan sus primeros carteles, compártelo con tus amigos, aunque no les guste The XX o Bad Bunny, y respeta sus gustos. No hay un género mejor o peor, no hay un estilo superior o inferior, hay melodías, baile y disfrute. En la diferencia está la riqueza, como hemos visto en la nueva campaña #RESP3CT de Beefeater en la que el odio no lleva a ninguna parte. Así que ponte un temazo con el que tengas algún prejuicio, déjate sorprender y sacude tu hate. Para eso está la música.

Artículo en colaboración con Beefeater