El joven español que dejó Microsoft para ser su propio jefe y viajar por el mundo

A los 26 años, Ángel Alegre dejó Microsoft porque no era feliz. Llevaba cuatro años en la compañía y sentía que lo había conseguido todo.

A los 26 años, Ángel Alegre dejó su trabajo como ingeniero informático en Microsoft porque no era feliz. Llevaba cuatro años en la compañía y sentía que lo había conseguido todo: su equipo le valoraba, tenía amigos, novia y un coche. Pero le aterraba la posibilidad de quedarse así el resto de su vida. Así que este joven, originario de Cáceres y  que ahora suma 32 años, dejó todo lo que le unía a esa vida en Seattle Estados Unidos para convertirse en nómada digital. O, lo que es lo mismo, para ganarse la vida a través de internet mientras viajaba por el mundo.

El comienzo de una nueva vida

"Me imaginaba a los 40 en Microsoft y me veía con casa, un BMW, un perro y mucho dinero. Aunque, al mismo tiempo, mirando hacia atrás y diciéndome: '¿qué narices he hecho durante toda mi vida encerrado en una oficina?'", cuenta Ángel vía telefónica desde Praga República Checa al hablar de los pensamientos que le perseguían a diario mientras estaba en Microsoft. En aquellos años, sus padres intentaron disuadirlo recordándole "lo mal que estaba la cosa en España" y enviándole correos con noticias de afectados por la crisis con mensajes como: "valora lo que tienes". Pero no sirvió de nada.

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No dejó de pensar e investigar alternativas de vida hasta que descubrió Jornada Laboral de 4 horas, el libro que le reveló en 2012 que las nuevas tecnologías y la globalización nos ofrecen la posibilidad de llevar un negocio online desde cualquier parte del mundo. Es decir, de ganarnos la vida mientras viajamos. Ángel admite que al principio le costó de creer, pero al encontrar en la red casos de personas que lo habían conseguido, se animó a dar el paso. "Vi que tenía una salida y el momento fue como un cortocircuito en mi cabeza", explica sobre el momento en el que tuvo la brillante idea creó una ‘Jornada Laboral de 4 horas’.

Se trataba de un espacio web en el que ofrecía análisis sobre distintos modelos de iBook junto a un link que invitaba a los usuarios a comprarlos en Amazon. En el caso de que lo hicieran, el gigante de comercio electrónico le daría una comisión. El día que consiguió la primera, confirmó que ese era el modo de desafiar el camino que a la mayoría nos aterra alterar o abandonar. "La mayoría vive siguiendo un plan establecido por la sociedad: ir a la universidad, tener un trabajo, pareja y una casa. Después se pasan toda la vida trabajando muy duro para llegar a la jubilación y hacer sus sueños”, indica seis años después de que los primeros ingresos de esa plataforma le diesen la valentía para abandonar para siempre Microsoft. No sabía dónde estaría en los próximos años, pero tenía muy claro que no quería esperar a ser viejo para cumplir sus sueños.

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El viaje en el que fundó su empresa

Fue entonces cuando hizo el equipaje y se aventuró en un periplo que le llevaría a pisar más de 25 países. Japón, Tíbet, Corea, Tailandia y China son algunos de los que conoció durante los siete meses que estuvo en Asia. Apunta que allí siguió haciendo de internet su fuente de subsistencia desde la cafetería Bird Meet de Chiang Mai, su base de operaciones en Tailandia, y enfrentándose a la censura china, que hace que en la red del país no haya sitio para Google, Gmail, Twitter, ni la información que las autoridades del país permitan.

Argentina, Colombia, Uruguay y el Mundial de Fútbol de Brasil en 2014 son los lugares que conoció durante sus seis meses en Latinoamérica, el viaje que más tarde le llevaría a pasar por Tanzania para después saltar a Europa. Explica que algunas de sus mejores experiencias en el continente fueron en Lituania, Letonia, Hungría, Suiza, Alemania e Italia, donde vivir en una casa okupa sin internet no fue ningún problema. Se las ingenió para conectar un receptor wifi a su ordenador y así acceder al wifi del restaurante que estaba al otro lado de la calle. Ni hospedarse en una casa que vive al margen de la ley le impidió seguir con su plan.

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Durante todo el tiempo de su viaje, hizo varias visitas a su Cáceres natal y se asentó temporalmente en lugares como Barcelona, Madrid y Estados Unidos, pero asegura que nunca dejó de moverse ni de trabajar. Se había convertido de facto en un nómada digital aunque no fue hasta 2013 cuando, estando de viaje, fundó la empresa que dirige actualmente: Vivir al máximo. Una plataforma a través de la cual ofrece consejos, cursos, iBooks y vídeos a personas que, al igual que hizo él, quieren descarrilarse del camino convencional montando un negocio. Puede ser del tipo que quieran y llevarlo desde donde deseen, lo importante es que nunca más vivan de un empleo que no les haga sentirse vivos. O, lo que es peor, que no les permita ser ellos mismos.

Hasta hoy su plataforma ha sido visitada por más de seis millones y medio de personas, algunas de las cuales han logrado gracias a sus consejos cambiar de vida, tener más tiempo para ellos o ambos. Uno ejemplo que recuerda es el de Pablo Domingo, el joven que se atrevió a dejar su trabajo de arquitecto en Suiza gracias a las páginas nicho. Las mismas que le permitieron mudarse a Barcelona, donde antes no había encontrado trabajo, y dedicarse a la pasión para la cual no tenía tiempo como arquitecto: la danza. Una experiencia que, junto a la suya y la de todas las personas a las que ha ayudado, le llevan a animar a todo aquel que necesite un cambio: "existen otras opciones, otros caminos, nunca habíamos tenido tantas oportunidades a nuestros manos, y está en nuestras manos aprovecharlas".

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Sin ganas de seguir siendo un nómada digital

Ángel conoció Praga en septiembre de 2016 y, aunque recuerda que siguió saciando el deseo de moverse visitando países como Alemania y España, se quedó enganchado a la ciudad. ¿La razón? Conoció a su actual novia al mismo tiempo que la necesidad de viajar se iba apagando. Una sensación que, poco a poco y en silencio, se agrandó hasta que, dos meses atrás, reconoció que se había cansado de ser nómada digital.

Ahora sostiene que su cuerpo le pide todo lo contrario a lo que reclamaba tiempo atrás: rutina, un lugar al que llamar hogar y tranquilidad. "Ya me he sacado la espinita de viajar, ya lo he probado. Ya no quiero tener que resetear mi vida cada tres semanas, no quiero estar constantemente empezando de cero", cuenta para dejar claro que, aunque el siguiente paso sea asentarse en Barcelona, seguirá luchando por mantener el modelo de negocio que escogió al marcharse de Microsoft. Al menos este le da la posibilidad de elegir un modo de vida u otro, ser nómada o sedentario. Al final esa es la verdadera libertad, que la elección siempre esté en tus manos. Como diría Ángel: decidas lo que decidas, sé feliz.