Yo Escapé De La Violencia Machista Y Estos Son Los Pasos Para Que Tú También Puedas

Te juro que sabía que lo que me hacía no estaba bien: gritarme, chantajearme para no ver a mis amigas, controlar donde estaba, dejarme plantada, controlar mi forma de vestir y/o maquillarme, amenazarme con suicidarse si le dejaba, amenazarme con dego

Te juro que sabía que lo que me hacía no estaba bien: gritarme, chantajearme para no ver a mis amigas, controlar donde estaba, dejarme plantada, controlar mi forma de vestir y/o maquillarme, amenazarme con suicidarse si le dejaba, amenazarme con degollarme si le dejaba, conducir como un loco, para asustarme después de la enésima discusión, sus celos y finalmente, el golpe.

No era una relación tóxica, era una relación violenta. Pero con 20 años no esperas que te esté pasando a ti y menos que él, que a ojos de todo el mundo parece un buen chico y el gran amor de tu vida, sea un monstruo, un jodido y asqueroso maltratador. A los tres meses ya lo tenía claro: me estaba ahogando. Quería dejarle, recuperar mi vitalidad, mi independencia, mi autonomía y sobre todo, mi autoestima.

Tras una relación en la adolescencia basada en la posesión y los celos, creía que estaba vacunada contra una pareja abusiva o/y maltratadora. Pero caí y levantarme, era imposible. Me sentía atrapada en un síndrome de Estocolmo. Después de prácticamente un año de relación, me alejé de él y decidí convertirme en una superviviente.

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Lo primero que hice fue escribir una consulta en la web de la Policía Nacional. Quería saber cómo denunciar y cómo se desarrollaba el proceso. Me asustaba no tener pruebas físicas ni informes médicos y que nadie me creyera. Seguidamente, consulté a un amigo para que me pusiera en contacto con una abogada. A ella también le consulté dudas. Y después, hice algo de lo que me siento muy orgullosa porque me ha cambiado la vida: elegir una psicóloga, superar el trauma y convertirme en la mejor versión posible de mí misma. Si alguna vez pasas o conoces a alguien que está en una relación de violencia machista, aquí van una serie de útiles recursos.

Teléfono 016

La atención telefónica es gratuita y profesional. Está operativo las 24 horas del día. Atiende llamadas desde todo el territorio ya sea pidiendo ayuda urgente o información sobre recursos y derechos de las víctimas. También ofrece asesoramiento jurídico. La atención telefónica se realiza en 52 idiomas. En el caso de emergencias o de intervención inmediata, deriva al 112 y a la policía. Si se trata de menores de edad, deriva al Teléfono de ANAR 900202010. Si es un caso de trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual derivará al teléfono del Ministerio del Interior: 900105090.

No lo dudes: llama a la policía

En la llamada, da tu nombre y dirección. Mientras llega una patrulla, trata si puedes de avisar a algún vecino o familiar cercano. Si presencian cuál es tu estado golpes, heridas, hinchazones, estado anímico, daños materiales producidos en el entorno…, podrán ser tus testigos en el procedimiento judicial.

No borres los mensajes

Seguramente,  manifiestan amenazas, chantajes emocionales, insultos o incluso la confesión de que él te maltrata. Si además te ha agredido, haz fotos a las lesiones.

Acude a urgencias o un centro de salud

Tanto si te ha agredido como si te ha obligado a mantener relaciones sexuales con él violación. Informa también a los médicos de lo sucedido y guarda los informes del Servicio de Urgencias, de tu médico particular o de Ginecología.

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Ayuda psicológica

Decidas o no denunciar, ponte en manos de un especialista en psicología que tenga formación en violencia de género. Te ayudará a mejorar tu autoestima, a controlar la ansiedad, los ataque de pánico y el síndrome de estrés postraumático. También te será útil para superar sentimientos negativos como la tristeza, la depresión y trastornos del sueño o de la alimentación derivados de los episodios de violencia machista. Incluso si después empiezas otra relación, la ayuda psicológica puede ser muy importante en el caso de que te asalten miedos o fantasmas del pasado.

Tú no eres el problema

Recuerda que la violencia machista no es una cuestión personal sino un problema social. Si quieres entender con mayor profundidad qué te ha pasado te recomiendo que leas Apuntes sobre violencia de género de Raquel Osborne. Sentirte acompañada incluso a nivel teórico te ayudará a desprenderte de sentimientos como la culpabilidad, la rabia, la incomprensión o la vergüenza.

Cuando pases por este proceso, a menudo te sentirás cuestionada, cansada, juzgada, quizá incluso personas cercanas a ti se pongan de parte del maltratador en lugar de apoyarte y puede que también, sientas "que le quieres" o "desees volver con él". Habrá días que no quieras levantarte de la cama y otros que te arrepientas... Pero te lo prometo, aunque pueda ser doloroso, vale la pena pasar por este proceso, renunciar a la violencia machista: el final de todo es recuperar el control de tu vida, disfrutar de nuevo de tus ganas de comerte el mundo.