No los escoges y a primera vista es probable que no tengáis nada en común, pero te toca convivir con ellos durante el año mucho más que con tu familia o tus amigos, así que aquí vienen unos cuantos consejos de por qué tus compañeros de trabajo básicamente son tus mejores amigos.
1. Te sinceras más con ellos que con tus propios amigos
En muchos casos, nada os conecta fuera del trabajo, ni familia, ni amigos ni conocidos cercanos, así es más fácil abrirse y comentar sin tapujos cualquier aspecto de tu vida. Te sinceras con ellos porque no conocen otra versión de tu vida más de la que les has explicado.
2. Conocen tus estados de ánimo más que nadie
Las horas que pasas con ellos, los buenos y malos ratos, los momentos de estrés, de hambre, de prisas, de noches largas, etc. Todo, absolutamente todo lo saben y conocen mejor que nadie como reaccionas en cada situación.
3. Te encantan las fiestas con ellos
Siempre se recuerda la última fiesta de Navidad, aquel afterwork que se alargó más de la cuenta y ese proyecto que acabasteis un día antes y os permitió conocer una ciudad extranjera un jueves por la noche. No hay mejor coartada después de una fiesta un día laboral que tu propio equipo esté en el mismo estado que tú.
4. Tenéis una manera de hablar propia
Tantas horas juntos provocan que acabéis creando una lista de palabras que solo vosotros mismos entendéis el significado que le queréis dar. Con tu grupo de amigos las sueltas y lo intentas explicar, pero no tiene la misma gracia. En ese momento te das cuenta que tenéis vuestro propio argot.
5. Los echas de menos
La rutina no nos hace valorar las cosas que damos por hechas, por eso el día que alguien no viene, está de viaje o, lo que es peor, se va de la empresa, es cuando los echas en falta y ves que forman una parte muy importante de tu día a día.
6. Nadie conoce mejor que ellos tus quejas
Normalmente, más de la mitad de nuestras quejas están relacionadas con cosas del trabajo que cambiaríamos, por este motivo, no hay con quien sientas más afinidad que con los que están viviendo lo mismo. Desde otra perspectiva parece mucho más sencillo opinar, solo los que trabajáis en el mismo sitio entendéis vuestras críticas laborales.
7. Tienes cosas en común que nunca habrías pensado
Cuando empiezas a trabajar, conoces a todo de gente de diferentes estilos y edades que nunca conocerías en otro sitio. Con el tiempo, vais descubriendo y adquiriendo a la vez nuevas costumbres y compartiendo vuestras cosas en común. Es ese brillante momento en el que os dais cuenta que os gusta el mismo tipo de cine, deporte o restaurante.
8. Eres más puntual y te arreglas más con ellos que con cualquier cita
No te das cuenta, pero tu día laboral lo recibes con tus mejores galas y siempre procurando mostrar tu mejor versión. Como si fuera una primera cita constante con ellos, llegas puntual, te excusas si tienes el coche sucio y compras ropa pensando en lo bien que te quedará en el trabajo.
9. Tienes grupos y montas eventos con ellos
Una vez cerrado el ordenador, haciendo un café o en la cena ya sin corbatas, la jerarquía pierde el sentido y ves a tu jefe/becario como un amigo con el que solo habéis compartido trabajo. Los grupos de Whatsapp de trabajo son en los que se envían las fotos más extravagantes y se puede hablar de todo menos de lo que os une, el trabajo.
10. Te enseñan nuevas maneras de ver la vida
Coincidir con gente de diferentes edades, estilos y procedencias provoca que salgas de tu zona de confort y aprendas cosas nuevas de ellos. Nuevas maneras de ver la vida y de cómo tomarse las cosas.
11. Te mejoran día a día
No hay que olvidar que todos estamos en el mismo sitio por lo profesionales que somos, así que son ellos los que te pueden ayudar mejor que las universidades o cualquier libro en ampliar tu carrera profesional y tú hacer lo mismo con ellos.