Nuestro asqueroso presente en 8 realidades gráficas

Estas 8 imágenes gráficas desprenden un olor putrefacto. Porque sean ilustraciones, no significa que sean menos reales.

Estas 8 imágenes gráficas desprenden un olor putrefacto. Porque sean ilustraciones, no significa que sean menos reales. Algunos de estos olores que emanan ya nos suenan del pasado como la sexualización de la mujer, la diferencia de clases, la televisión basura o la prensa controlada. Sin embargo, el auge de las nuevas tecnologías está aflorando nuevas perspectivas que no provocan, precisamente, mucho entusiasmo en la humanidad. Los bebés 3.0, los drogadictos de ‘me gustas’ o morir haciéndose una selfie es algo que, por desgracia, ha venido para quedarse.

La TV lava el cerebro

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Las jornadas laborales vuelven a ser cada vez más largas y la fatiga hace que lleguemos a casa y no nos apetezca pensar. Encendemos la televisión, hacemos un poco de zapping y nos quedamos en algo insustancial y sensacionalista. Normalmente estos canales son los más persuasivos y nos repiten el mismo mensaje una y otra vez hasta dejarnos ‘fritos’.


Bebés 3.0

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Hoy en día encontramos antes a un bebé viendo vídeos en Youtube, que diciendo “mamá”. La tecnología táctil ha facilitado su forma de interactuar y desde entonces, los niños parecen superdotados en aplicaciones de smartphone. Esto es peligroso ya que su etapa de aislamiento con la sociedad empieza mucho antes de lo previsto.


Sexualización de la mujer

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Aunque la imagen se centre en Japón, la sexualización de la mujer ocurre en muchos países del mundo. El hombre la sigue viendo como un objeto sexual y le gusta su perversión. Ya sea mediante el uniforme escolar de Japón o el burka en países musulmanes. La imposición moral existe igual.


Más diferencia entre ricos y pobres

$!ya no hay clase media

La diferencia es cada vez mayor y hace tambalear la existencia de la clase media. Para diferenciarse aún más y por ‘seguridad’, los ricos construyen una frontera como fortaleza ante los más pobres. De hecho, ya existen murallas de este tipo entre España y África o entre México y los Estados Unidos.


Drogradictos de ‘me gustas’

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Hacemos cualquier cosa por conseguir ‘me gustas’ en Facebook y en otras redes sociales. Se ha convertido en una necesidad que para algunos, como el de la imagen, se transforma en droga tanto para los medios de comunicación como para los particulares. Con tal de conseguirlos pueden llegar a prostituirse de cualquier forma.


La prensa controlada

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La prensa es como una marioneta del poder. Muy pocos son los medios completamente libres. De hecho ¿existen? El dinero es quien controla lo que es publicable y la forma en que se hace. La prensa, en lugar de ser el cuarto poder que controla al Ejecutivo, Legislativo y Judicial, es más bien el poder que está a su servicio, para garantizar que el mensaje emitido por el sistema llegue de la forma más efectiva.


Conectados a todas horas

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Esto es algo que ya no se le escapa a nadie: vivimos más de dos horas conectados a nuestro smartphone a lo largo del día. Cuando viajamos, en lugar de conversar o mirar el paisaje, agachamos la cabeza en nuestra pantalla. Cuando caminamos nos chocamos y, antes de mirar con nuestros ojos, lo hacemos con la cámara del teléfono. El siguiente paso es que mientras practiquemos sexo, también estemos conectados. ¿O ya se hace?


Morir por una selfie

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La necesidad de conseguir, al igual que los ‘me gusta’, el selfie más espectacular ha provocado que personas de todo el mundo, sobre todo jóvenes, arriesguen su vida para conseguir un segundo de fama. La web de periodismo de datos Priceonomics ha cifrado en 49, el número de muertes por selfie desde 2014. India y Rusia son los países que encabezan la lista.

Crédito de la imagen: Luis Quiles