6 consejos de fotógrafos e influencers para trasformar tus fotos de Instagram en foodporn

Existen consejos que hay que atesorar. Hemos preguntado a varios profesionales de la fotografía cómo convertir nuestras fotos de Instagram en foodporn.

By Miska

El panorama foodie de Instagram y Pinterest es un inmenso océano de platos, cuyo único objetivo es estimular nuestras glándulas salivales y provocar orgasmos culinarios visuales. Desde la mermaid food hasta las típicas estampas de ‘no te vas a comer eso ni de coña’ —y menos si aspiras a algo parecido a un six-pack—, las tendencias estéticas de alimentación cada día están alcanzando cotas más profesionales. Por ello, y para echarte un cable con el tema, tres expertos nos dan las claves para transformar tus fotos de menú cutre en auténtico foodporn.

1. Apuesta por la luz natural

Jamás lo intentes con la lámpara mortecina de tu cocina o parecerá sacada de un menú de Pesadilla en la cocina. Según Alfonso Zubiaga, fotógrafo gastronómico y profesor de la escuela madrileña Alfonso Zubiaga, “es lo que realmente consigue que los alimentos se vean más naturales”.  “Tan solo basta con acercarte a una ventana y cubrirla con un visillo. También puedes pegar un papel vegetal al cristal o cualquier cosa que filtre la luz a modo de difusor, así evitarás que el sol entre directo y el contraste sea muy duro. Aunque si el día está nublado, no tendrás que poner nada”, explica el fotógrafo vasco.

Delicious Marthainfluencer gastronómica, también considera que es el elemento imprescindible para que la comida resulte “apetecible y los colores sean naturales”. “Huye de la artificial o los halógenos, si no somos profesionales y tenemos un buen equipo, no son amigos de la comida retratada”, sentencia.

Marta Simonet, creadora de contenidos digitales para marcas foodies y lifestyle de Mésame Mucho, asegura que con la luz solar ya tienes un 80% de éxito: “cuando voy a restaurantes y quiero hacer fotografías para mis posts, siempre busco mesas que estén al lado de la ventana”.

2. Crea volumen con contrastes

La mejor forma de conseguir mayor contraste entre luces y sombras es que la luz venga lateral. Cuanto más centrada y directa sea, más aplanará la imagen. No obstante, Delicious Martha recomienda usar reflectores blancos o plata pueden ser cartulinas, para reflejar la luz, suavizar los puntos de sombra excesivamente oscuros y realzar algunos elementos.

Por su parte, Zubiaga es fan de utilizar pequeños espejos, tanto para iluminar áreas como minimizar sombras. Lo bueno de ser comida es que podemos montar un miniestudio, donde nuestro foco principal es el sol y no necesitas ayudantes, ya que los reflectores son pequeños y puedes sujetarlos con plastilina u otro objeto. Más barato no te puede salir. Si por el contrario quieres oscurecer alguna zona, echa mano de una cartulina negra que absorba la luz.   

3. Dedica a pensar un poquito en el encuadre

No seas zafio y dale al coco unos minutos para reflexionar sobre cuál es la mejor perspectiva, en función del tipo de alimento que vayas a fotografiar. Delicious Martha es partidaria de emplear un plano cenital en vertical desde arriba, cuando se trata de una mesa repleta de comida con muchos elementos para armonizar el conjunto y que resulte lo más fotogénico posible. Pero, si la comida tiene varios pisos, un cenital aplanará y restará información y volumen a la escena. 

“Si el plato es ya de por sí atractivo y apetecible, un frontal destacará más el protagonismo de la receta. También funcionan mucho los planos ‘en movimiento’, es decir, captar el momento justo de un tamizado de cacao o azúcar glas, verter un poco de aceite o chocolate... así no será una imagen totalmente estática”, aconseja Delicious Martha.

Además de ser una enamora de la ‘vista de pájaro’, Simonet suele meter una mano para que haya “una interacción en la escena y no sólo los objetos”. Recomienda que no nos “metamos dentro del plato con un plano corto porque ahoga” y añade que “lo mejor es dejar aire y que la foto respire, cuando la comida aparece como si la tuviésemos entre las cejas, no es una perspectiva natural”.

4. Cúrrate un fondo

Hay infinidad de posibilidades para montarte fondos chulos con cartulinas de colores, telas, mesa de madera… Sé imaginativo e intenta pasar de tirarla en cualquier sitio, como la encimera guarra de tu cocina a no ser que sea de un material, un color y textura fotografiable. “El fondo te levanta mucho, no tiene nada que ver tirar una foto sobre un fondo blanco que hacerla sobre un mesa envejecida, un fondo pintado, una pizarra o cualquier superficie que tenga ciertos valores y texturas…personalmente nunca recurro a los fondos blancos”, indica Zubiaga.

La bloguera Delicious Martha tira por el rollo handmade o Do It Yourself DIY, puesto que no siempre tienes a tu alcance materiales ‘estupendos y exquisitos’ o no te puedes permitir ese retablo de madera de roble macizo, ideal para tu captura. Entonces, propone comprar unos plafones o cartón pluma a bajo precio y pintarlos con una esponja, combinando dos colores suaves y no muy llamativos. Ambos expertos coinciden en que hay que cuidar el contexto para crear una escena bella y atractiva, pero sin que llegue a robarle el protagonismo a la comida.

5. Cuida los detalles

La gamas cromáticas, que todos los elementos tengan sentido entre sí, crear un relato y, sin duda, buena presencia al emplatar. Delicious Martha propone que experimentemos y que juguemos con las formas y elementos, como por ejemplo decorar con semillas, brotes verdes o adornarlo con uno de los ingredientes con los que hayas elaborado el plato. También pintar o pulverizar la fruta y la verdura con aceite, para potenciar su brillo, usar alfileres o palillos para que las lonchas de queso se mantengan erguidas o añadir objetos pequeños para dar altura a elementos en segundo plano.

“En los restaurantes pido platos que tengan colores vivos y presentaciones bonitas. Me vuelvo loca si hay mesas redondas de mármol y servilletas de tela, aunque yo en el estudio tengo todo tipo de cartulinas, platos y copas para atrezzo. Juego con las composiciones, pero siempre tiro por las bases claras, los colores vives y los tonos fríos”, explica Marta de Mésame Mucho.

“Los grandes artistas copian, los genios roban”, decía Picasso. Si estás falto de inspiración puedes seguir este consejo. Tanto Zubiaga como Simonet aseguran que Pinterest e Instagram son grandes referentes para conseguir ideas. Puedes hacerte una carpeta de tus must y reinterprétalos a tu manera. Y, sobre todo, el fotógrafo vasco garantiza que la clave está en probar, probar y probar.

6. Cuanto más te curres la foto, menos edición

Una mala foto no se arregla con Photoshop por lo que Zubiaga cree que lo mejor es levantar luces o hacer ajustes de contraste, brillos, colores…, pero que "no se puede enmendar un desastre". Delicious Martha no es partidaria de abusar de los filtros, mientras que Simonet recomienda retocar con aplicaciones como Lightroom, Snapseed o VSCO cuando tiramos directamente con el móvil.

Viñetear para dar más importancia al ingrediente principal y recortar un poco para reajustar o reequilibrar el encuadre, también son dos recursos habituales. Y, lo más importante y aunque parezca una obviedad, que la lente esté limpia. De nada sirve ser más meticuloso que Stanley Kubrick en el rodaje de 2001: una odisea en el espacio si no cuidamos de lo más esencial. Así que, ahora sí, ya tienes todo lo necesario para meterte de pleno en el mundillo del foodporn en Instagram.