1. Una vez le pregunté a mi hermano: "¿Mi culo parece grande?". Mi hermano respondió: "Es tu completa falta de voluntad y tu amor por los nuggets de pollo lo que hace que tu culo parezca grande".
2. Tuve una infancia difícil así que cuando le dieron la custodia a mi padre, mi autoestima estaba por los suelos y tenía graves episodios de depresión. Un día, mi padre me sentó y me dijo: "Escucha, sé que has pasado por algo difícil. Eso no lo puedo cambiar y tú tampoco. Pero si te caes en una mierda, ¿vas a regocijarte en ella, frotarla por tu ropa y lamentarte con un 'pobre de mí, por qué me caí en esta mierda' o vas a levantar tu culo, irte a casa, limpiarte y después reírte con tus amigos?". Conseguí salir de ahí y nunca se me ha olvidado esa frase.
3. Mi abuelo me dijo: "deja de concentrarte tanto en el mazo de cartas que se te han repartido y empieza a pensar cómo vas a jugarlas". Básicamente me decía que dejara de sentir pena por mí mismo y que empezara a hacer algo al respecto.
4. Mi madre me contó un día que nadie podía hacerme feliz si no era yo mismo. De la misma forma que yo no era responsable de las emociones de los demás. Por supuesto, sigo tratando a las personas con amabilidad, incluso cuando tienen días malos, pero sus palabras me han llevado a ser emocionalmente más autosuficiente y he dejado de autocompadecerme por todo.
5. Mi madre me soltó: "no tengas hijos, te destrozarán la vida".
6. Mi padre me lo dijo muchas veces, "todo lo que necesitas aprender en la vida necesitarás aprenderlo solo. Habrá momentos en que nadie podrá ayudarte y eso te hará mejor persona. Y cuando aprendas algo, descubre cómo hacer lo mismo solo con la mano derecha y después solo con la mano izquierda. Así no tendrás que depender de nadie ni tener que contar con que alguien esté ahí para ayudarte".
7. "Nunca vas a ser el mejor en nada porque hay ya muchísimas personas en el mundo que dedican sus vidas a un solo talento. Eso no significa que no debas intentarlo, dalo todo porque eso es lo que importa, no ser el número uno entre miles de millones de personas". Fue el discurso que me dio mi madre cuando lloraba porque había pasado a segunda fila en la orquesta donde tocaba.
8. Lo leí en un libro: "toda tu vida puede cambiar si dejas de enfadarte por todo".
9. "Si estás preocupado porque alguien no te habla lo suficiente o no está poniendo el suficiente esfuerzo en vuestra relación, es porque no le interesas. Pasa página".
10. "El sexo llega con la edad y también se va con la edad. Encuentra a alguien con quien no te importaría que los últimos años de tu vida los paséis sin sexo". Me lo dijo mi abuelo justo después de salir de una relación de muchos años.
11. "La verdad más horrible es infinitamente mejor que la mentira más dulce"
12. "Si ni siquiera sabes construirte una vida en la que tú quieras vivir, ¿por qué alguien iba a querer compartirla contigo?". Fue entonces cuando dejé de ser un idiota deprimido y empecé a vivir una vida con mis propias normas.
13. "La falsa modestia es el peor atributo que alguien pueda tener", mi abuelo.
14. "Cierra la puta boca y empieza a escuchar a la gente. Todo el mundo habla de sí mismo, pero la diferencia entre un inepto social y el resto de personas es la capacidad que tienen de escuchar. No te sientes delante de alguien pensando qué va a ser lo próximo que vas a decir justo cuando esa persona haga una pausa para respirar. Tampoco estés pensando en cómo puedes llevar la conversación a un terreno donde a ti te convenga. Responde con un genuino interés y ponle toda tu atención a lo que te están contando". Ese consejo cambió mi vida.
15. "No te cases nunca".
16. "La mayoría de las veces la princesa tiene que salvarse a sí misma". Siempre se lo dice mi madre a mi hija.
17. "Nunca mires el vaso medio lleno o medio vacío. Míralo como lo que es, un puto vaso de agua. Sácate esa de idea de mierda de la cabeza y toma una decisión basada en la realidad'. Mi madre borracha.
18. "Tus acciones importan mucho más que tus sentimientos". Me lo dijo mi hermano mayor.