The Walking Dead ha vuelto. The Walking Dead ha vuelto y Carl sigue sin perder su maldito sombrero. Rick sigue siendo amo y señor de la serie, y su grupo sigue salvando la vida sobre la bocina con resoluciones más que discutibles.
The Walking Dead ha vuelto después de otra magistral promoción de AMC que ha hecho crecer aún más el gusanillo que devoraba por dentro a los fans de la serie.
El impactante final de la cuarta temporada, en una búsqueda desesperada por el cliffhanger para mantenernos en vilo, da pie a una de las más esperadas.
The Walking Dead ha vuelto y sabe que está buena. Frank Darabont tiene entre sus manos un producto con un enorme potencial que no acaba de explotar todas sus posibilidades. Es como si no quisieran enseñarte todas sus cartas. Es una serie capaz de crear situaciones excepcionales, con una intensidad trepidante. Pero sólo lo hace a ratos. The Walking Dead es como estos chicos y chicas inteligentes que se conforman con sacar un 5 en el examen.
Hay episodios dignísimos de elogio, pero para llegar hasta ellos tenemos que transitar entre vorágines de inacabables que se repiten una y otra vez.
La excesiva reiteración de acciones puede mermar, en ocasiones, el ritmo de la serie y los personajes evolucionan a cuentagotas. Con pequeñas pinceladas.
Sabemos todo, o casi todo de un Rick Grimes que cada vez recuerda más a Jack Shephard en el papel de macho alfa-salvador con sus momentos de bajón. Sin embargo, de personajes aclamados por la audiencia como Daryl o Michonne, pocas cosas sabemos más que su afán por armas poco ortodoxas.
Otras de las críticas más habituales hacia The Walking Dead es su falta de flashbacks a lo Lost, vamos, y el uso excesivo de personajes secundarios poco relevantes en el transcurso narrativo.
The Walking Dead ha vuelto y sigue convirtiendo a los zombies en algo banal. Llega un punto donde ya no me asusto si me quedo acorralado en un túnel oscuro rodeado por tropecientos zombies -cutrefactamente traducidos como caminantes-, e incluso me temo que llegaremos al punto donde los humanos acabaran saludándolos con una sonrisa cada vez que bajen a comprar el pan.
Estos zombies con cara de haber pasado una mala noche ya no me aterran. Han perdido transcendencia. Se han convertido en un simple hilo conductor que acompañan armónicamente las relaciones entre personajes y en una escusa perfecta cuando quieres deshacerte de algún actor que no quieres renovar.
The Walking Dead ha vuelto y se nos sigue presentando como una utopía sociológica donde los seres humanos carecen de humanidad precisamente en los momentos más extremos. En un mundo post apocalíptico donde se desconoce el origen y proveniencia de estos caminantes y donde se desconoce también cual es fórmula para acabar con todos ellos a parte de perforarles el encéfalo uno a uno, destaca la tremenda guerra entre Rick y El Gobernador por a ver quien la tiene más grande y se muestra que el auténtico enemigo del ser humano, más allá del zombie, es el propio humano y que el mundo esta lleno de pequeños ejércitos de Woodbury.
The Walking Dead ha vuelto y lo ha hecho para quedarse, puesto que AMC renovó el pasado miércoles la serie para una sexta temporada. Los amantes de la serie, de los zombies y del gore están de enhorabuena. Algunos de los protagonistas ya han declarado que es la temporada más violenta y visceral hasta la fecha y prueba de ello es el recién estrenado 5x01 No Sanctuary.
Nosotros seguiremos esperando esos tintes de genialidad y esos recursos fáciles para mantener la tensión, aunque altamente eficaces. Y ahora más aún sabiendo que se ha unido al elenco de actores protagonistas Michael Cudlitz Abraham Ford en la serie, en un papel al estilo Geiperman y Christian Serratos Rosita Espinosa, que aparece vestida cual bailarina de videoclip de reggaeton.
Para promocionar la nueva temporada, Sky Austria ha decidido hacerlo en una parada de autobuses de una manera poco ortodoxa.
https://www.youtube.com/watch?v=B7FzWUhgqck
The Walking Dead ha vuelto. Joder, qué bien sienta decirlo.