Tras vernos reflejados en series como The Big Bang Theory, Community o Silicon Valley, la cadena televisiva americana CBS se ha envalentonado con una nueva comedia centrada en ridiculizar a su potencial espectador. The Great Indoors lanza a estos jóvenes a la realidad desde un piso noveno, sin paracaídas. Quizá las risas suavicen el golpe, pero sigue doliendo si tienes entre 20 y 35 años. Si la serie llega a España, preparaos para una buena somanta de medias-verdades.
Jack Gordon actúa como personaje principal del show. Tras presenciar el coma del periodismo en papel, este reportero de aventuras debe seguir su labor profesional bajo techo. A partir de ahora, su magazine de aventuras será online y deberá lidiar con un arquetípico grupo de mileniales pusilánimes, acostumbrado a mirar el mundo a través de una pantalla. Estos sujetos vilmente estereotipados son los redactores de una revista donde los 'how to' más lamentables pretenden devolverle el prestigio a la publicación. Ellos valen mucho, al igual que su generación, pero no lo sabremos hasta más tarde.
¿Os sentís identificados? Por supuesto: sois mileniales. Es decir, carne de paro y poseedores de blogs con disertaciones sobre la consistencia de las pelusas. Tenéis aspiraciones y sabéis apreciar las pequeñas cosas, pero estáis un poco 'apollardados' por culpa del exceso de Internet. Amáis la cultura pop y habéis estudiado marketing. Quizá ahora mismo estéis comiendo ramen, porque alimentarse está sobrevalorado. Compráis en Amazon. También tenéis memoria selectiva: os gusta hablar de los noventa, los Power Rangers, Nirvana y las peonzas, pero no salís a la calle para vivir aventuras. Os quedáis en casa, os alimentáis con Facebook y, claro, os quedáis con hambre.
The Great Indoors exagera y se ceba a gusto con una generación empeñada, al parecer, en relacionarse mediante redes sociales. El ya vetusto 'tú a tú', olvidado en los bares del viejo siglo, ha sido sustituido por la relación virtual. El protagonista de la serie llega a ser acusado de no existir por no tener ni Facebook, ni Twitter, ni Instagram. A la vez, cada uno de ellos vive preso en su universo idealizado, sin conocer el mundo de verdad. Es por ello que su único material para rellenar la red se basa en experiencias ajenas y, básicamente, en gilipolleces con la misma esencia que los cover de perros y gatos. Ante semejante percal, el objetivo de Jack Gordon no es otro que reventar la empanadilla mental de sus chicos y sacar a los verdaderos periodistas que llevan dentro. Clark, uno de los chavales, se plantea dejar de escribir sobre nada para buscar temas interesantes. Para ello, periodismo puro y duro, con experiencias reales.
Pero la serie también le pega duro a la Generación X, nacida entre 1960 y 1980. El protagonista representa a este colectivo y es ridiculizado por su ignorancia del mundo moderno, tirando, en ocasiones, hacia un comportamiento casposo. Renovarse o morir es la máxima que va ligada a la evolución y Jack Gordon parece no haberse enterado de la jugada. Inmerso en su propia burbuja, tratará de utilizar su experiencia en la vida sin renunciar a los nuevos tiempos. Si no, lo tendrá muy jodido para sobrevivir. En el equilibrio está el poder, señores.