¿Es 'The Boys' una serie antifascista?

En su tercera temporada más política, rápidamente los justicieros se dan cuenta de que todo está podrido en la empresa de los superhéroes y que no se puede cambiar desde dentro

¿Qué pasa si los superhéroes que tienen que velar por la seguridad de un país están al servicio de una multinacional que no tiene escrúpulos y que incluso es capaz de usar métodos científicos en complicidad con los nazis? Algo así es lo que retrata 'The Boys', una especie de parodia tétrica sobre un grupo de superhéroes que más que contradicciones morales lo que tienen son delirios de grandeza. 

Mucho, mucho gore

La serie llega a la tercera temporada en Amazon Prime y lo está petando de lo más grande gracias a una acción trepidante, mucho gore y toques de humor únicos. Pero además, genera un gran debate porque cada vez está más claro su mensaje político antifascista y eso ha irritado a los espectadores más extremistas de derechas. 

La guerra por la justicia

Los mensajes de crítica se van afinando gracias a una tercera temporada en que Hughie y la superheroína Starlight, dos de los protagonistas que se mueven aún guiados por la ética y contra el terror impuesto por los superhéroes, intentan cambiar las cosas desde dentro de la propia empresa del mal, en una suerte de reformismo que enseguida se ve que es imposible. 

A las mínimas de cambio, incluso quien parecía más ético dentro de la estructura de la empresa para la que trabajan los superhéroes resulta no serlo. Así se desencadena de nuevo la guerra por la justicia que, no siempre con los mejores métodos, emprenden desde el inicio Hughie y sus secuaces, todos tocados por heridas antiguas perpetradas por superhéroes, sobre todo el líder de la banda, Billy Butcher, el antihéroe por excelencia. 

El odio de extrema derecha 

En una de las escenas, el odio de Butcher hacia un verdadero fascista pro armas que recuerda a los que asaltaron al capitolio incide más en la idea antifascista de la serie, si bien es cierto que los métodos de Butcher se asemejan mucho a los de los testosterónicos machos cabríos de la derecha. Nadie dijo que la serie sea pacifista. 

Los oscuros experimentos de Vought, la empresa en cuestión, y su obsesión por el márketing y los índices de aprobación muy por encima del bien común, así como la soberbia y el abuso de poder de gran parte de los superhéroes y los directivos de la empresa, dejan en muy mal lugar cualquier opción en la que el capitalismo marque las pautas, con las empresas pasando por encima de los estados, así como crítica en todo momento su complicidad con el extremismo o la inclusión, indistintamente, cuando le conviene y le resulta rentable.