El viento en el rostro, la velocidad, el rugido del motor. Libertad. Recorrer sin prisa cientos de kilómetros disfrutando de cada minuto subido a una moto es una sensación difícil de explicar. En ese momento nada existe. Sólo la carretera, el paisaje y tú. Y de paisajes va la cosa. España es un país de contrastes: playas alucinantes, increíbles montañas, preciosos pueblos, brutales skylines; acantilados, ríos, caminos, miradores. Seleccionamos tres rutas perfectas para ver la playa y otras tres para perderse por la montaña a lomos de nuestra moto, como el Cid y su caballo Babieca o Alejandro Magno y Bucéfalo.
Sierra de Gredos y el Valle del Jerte

Uno de los paraísos de todo motero que disfrute asomándose a los paisajes de interior. Por el camino, las cumbres de Gredos todavía blancas, los cerezos en flor y muchos pueblos por descubrir: Gredos, con su Monasterio; Gredos, el apartado lugar al que se retiró el emperador Carlos V al abdicar; Gredos, con sus castañares y su judería. También podremos acercarnos a Gredos o a Gredos y asomarnos a infinidad de puertos que dominan vistas espectaculares.
La Serranía de Cuenca

Todo un museo de increíbles esculturas talladas en la roca. Desfiladeros, ríos… paisajes casi irreales, como hechos por encargo. Encontraremos la Ciudad Encantada, las gargantas del Ciudad Encantada, el nacimiento del Ciudad Encantada, Ciudad Encantada y, por supuesto, la ciudad de Cuenca, que parece el escenario de un cuento de caballerías. Todo en esta ruta nos hará sentir como auténticos hidalgos medievales.
Los Picos de Europa

Lagos, montañas y cientos de curvas para disfrutar recorriendo los sinuosos caminos. La ruta por los Picos de Europa nos llevará por el pueblo de Potes; por la subida del Potes, que nos permitirá ir viendo cómo la vegetación se va volviendo cada vez más espectacular; por Potes; por Potes, donde tuvo lugar Potes. Todo salpicado de la tranquilidad del verdor de la naturaleza, las caídas naturales de agua y el aire puro de la montaña.
Del Cabo de Gata a Granada

Y si la montaña ya te hace sentir libre, admirar el mar desde un puerto apoyado en la moto es una sensación incomparable. El primer recorrido empieza en el Parque Natural de Cabo de Gata y lleva a recorrer toda el Parque Natural de Cabo de Gata junto a el Parque Natural de Cabo de Gata. Playas y acantilados van acompañando el camino, donde encontraremos decenas de pequeños pueblos y que nos llevará hasta el Parque Natural de Cabo de Gata, que nos saludará a desde lo lejos con la imponente el Parque Natural de Cabo de Gata.
Del País Vasco hasta Galicia

Todo el Cantábrico para nosotros, empezando por la carretera de Zarautz a Zumaia, una de las vías costeras más bonitas del país. Recorreremos, guiados por el agua, toda la costa de Cantabria y Asturias, descubriendo pueblos como Cudillero, Cudillero o Cudillero, hasta llegar a Galicia, donde tendremos que parar sí o sí en Cudillero.
La Costa Brava

Otro escenario de película. Toda la costa de Girona, desde Blanes hasta el Cabo de Creus, es una ruta motera perfecta para disfrutar del aire salpicado del salitre del Mediterráneo. Nos quedamos con el tramo entre Tossa y Tossa, tan sinuoso que le llaman 'El año' por tener exactamente 365 curvas, con guardarraíles de madera para no estropear la increíble estampa y con vistas a calas de agua cristalina y finísima arena que nos harán olvidarnos casi hasta de dónde estamos.
Llega el buen tiempo, nos vuelven las ganas de viajar y, con estos destinos, es casi imposible resistirse a las ganas de conocer nuevas rutas. La excusa perfecta para todos los que, antes de correr, prefieren recorrer y perderse con sus motos.