Beyoncé, Beyoncé y Beyoncé. Si antes se hablaba de ella, desde que salió Lemonade no se habla de otra cosa. Y la verdad, es inevitable con la joya de disco que se ha marcado, la increíble gira con la que ha recorrido el mundo y las galas que ha salvado con sus actuaciones en el último año. Pero su hermana pequeña, Solange, ha reaparecido con su nuevo álbum y parece que esto de utilizar la música para reivindicar e intentar cambiar el mundo viene de familia. Atento a la pequeña de las Knowles, porque una vez que descubras su música, puede que desbanque a Queen B de su trono.
Después de 4 años desaparecida del mapa, Solange presenta A Seat At The Table, un disco completamente político, pero a la vez muy personal para la cantante. “No muerdas la mano que te da de comer”, le dijo una periodista cuando Solange tenía intención de hacer un disco defendiendo la cultura y la música negra frente a su público blanco. Parece que este comentario le dio más fuerzas para hacer el álbum como de verdad sentía que el mundo y ella misma lo necesitaba. Del primer al último tema, canta por el empoderamiento de la mujer y en contra del racismo desde distintas perspectivas.
La apropiación cultural es uno de los issues más tratados por la cantante, con temas como F.U.B.U. o Don’t Touch My Hair en el que defiende el orgullo negro y la cultura del pelo afro. Weary, posiblemente la canción más bonita del disco, Mad o Cranes In The Sky hacen del álbum un must de los amantes de la música afroamericana. Y si no tienes suficiente con el sonido, cada uno de sus vídeos es una obra de arte. Dirigidos por su marido y por ella misma, representan a la perfección lo que cada canción cuenta con una fotografía impecable, que te mantendrá hipnotizado hasta el final.
Todo el álbum se mueve al rededor de un R&B más cercano a Janet Jackson que a la nueva generación The Weeknd o Anti, de Rihanna, lo que lo convierte en un trabajo difícil de apreciar para todos los oídos. Con toques de soul, psicodelia y hip-hop, es uno de los mejores discos del 2016. Sus letras tienen una sutileza agridulce que defiende fuertemente sus ideas, de forma muy elegante e irónica, entre melodías tan preciosas te será muy fácil enamorarte de Solange a primera escucha.
No es pop, no es comercial, no es atractivo para las radios y desde luego no es Lemonade. A pesar de todo esto, ha tenido una acogida increíble del público y sobre todo de la crítica. Aunque el éxito no es comparable al de su hermana mayor, ha alcanzado altos puestos en las listas y sus seguidores han aumentado de forma considerable en comparación a sus anteriores discos. ¿Han apuntado las miradas hacia Solange por el último boom de Beyoncé? No se sabe, pero la verdad es que merece esto y mucho más. Y, esta vez, Solange no ha venido para volver a desaparecer.