El Verdadero Significado Que Se Oculta Tras Los Anglicismos Que Usamos En España

-¡OMG! Tía, mira que bolso más trendy. Es como el de mi madre. ¡Qué vintage!

- ¿EH?

- Siiiii. MIRA. Bueno, ¿dónde vamos a tomar algo? Por aquí hay un sitio guay de afterwork donde voy mucho con mis compis. Podemos ir a ese sitio o ir a uno random. Aunque me han hablado de un café vegan friendly muy guay.

- ¿QUÉ?

- Es que te diría de ir al de siempre pero ya es demasiado mainstream y además me encontré al CEO de mi trabajo ahí el otro día y me da palo.

-¿A quién? Tía ¿QUÉ ESTÁS INTENTANDO DECIRME?

Creíamos que lo único hipster que estaba llegando a nuestras vidas eran las barbas, dejarnos un pastizal en camisas de cuadros y los grupos con ukelele de fondo. Pero otra moda ha llegado para quedarse, la de los queridos anglicismos usados a la ligera.

Destapamos el verdadero sentido y significado de aquellos que lo usan en España.

Estudiaste informática en la universidad y luego te especializaste en diseño web porque era el futuro. Pero ahora no encuentras curro y trabajas desde casa haciéndole a tu tío su web por cuatro duros, mientras vas mandando CVs en pijama hasta las seis de la tarde, que es a la hora a la que salen tus amigos de su trabajo de verdad. Hasta entonces, estás viendo vídeos de gatitos y probablemente, seas uno de los creadores de memes que más pululan por ahí.

Vamos, que te gusta comer y subir fotos a Instagram de lo que te pides en el restaurante. Y te lo comes frío porque hasta que no sale la foto perfecta, no paras. Luego haces lo mismo cuando vas a a comer con tu abuela en su casa. Y la tienes ahí, esperando a que empieces a comer las croquetas que te ha hecho. Te gusta comer y beber. Pero a todo el mundo le gusta eso lo sabes ¿no? Que no es ser foodie, que es ser humano.

No. Lo que pasa que un día tus amigos te dijeron que esas cosas con las que les acribillas en las quedadas véase música, moda o cine deberías contarlas en un blog o en youtube y al final conseguiste miles de seguidores en redes sociales, no sabemos muy bien ni cómo ni porqué. Pero la gente te sigue para enterarse de cosas que opinas de la manera más subjetiva posible. Pero que tener 1.000 seguidores y likes no es influenciar en la vida personal de cada uno de una manera muy destacable lo sabes ¿no?

Es decir, que te compras vinilos sin tener tocadiscos y cada vez que vas a visitar a tu abuela, hurgas en su armario a ver si tiene una prenda que ya no usa y que para ti puede ser de lo más trendy y lo mezclas con ropa que cuesta un pastizal. Ropa que compras en la app de la tienda instalada en tu móvil de última generación.

No, lo que pasa es que tienes pasta para comprarte toda la ropa bonita que quieres. ¡Y ASÍ ES MUY FÁCIL!

Que vas de que te has puesto lo primero que has pillado, pero en realidad el modelito está pensadísimo. Lo que pasa que no has querido ni lavarte el pelo ni peinarte.

De toda la vida, a eso se le llama joderte el final de algo. Joderte en general. Que una persona te diga que Bruce Willis al final resulta que está muerto o te comente quién ha sido la nueva víctima del guión de Juego de Tronos, no es hacerte un spoiler, es ser un puñetero cabrón redomado.

Lo que más te gusta de las redes sociales es comentar vídeos, tuits y estados de la gente, con esa mala leche que te caracteriza. Eres de esos que critica a los que mencionan a un famoso que acaba de morir, comentando que antes de que muriese ni siquiera sabían quien era. Lo hiciste con la muerte de David Bowie, con la de Imre Kertész el otro día y así seguirás.

Has descubierto que los chicos pueden llevar la raya a un lado y las camisas abrochadas hasta el cuello y que si la camisa lleva estampados de flamencos o palmeras o ambas cosas juntas, no parecerá un Testigo de Jehová, sino que será 'moderno'. También has descubierto que cuando todo el mundo odie a Justin Bieber, lo que mola es adorarle y luego volver a odiarle y que si Los Chichos van al Primavera Sound, hay que comprarse la entrada pero comentar durante el concierto que “nos hemos vuelvo demasiado modernos”.

Que tienes todas las redes sociales instaladas en tu móvil y encima sabes usarlas. Le has explicado a tu madre como funciona el Facebook y como estudiaste publicidad y/o periodismo y tu prima acaba de montar una peluquería la has convencido de la importancia de estar presente en redes sociales. Así que le llevas la cuenta de Facebook y Twitter de su negocio.

Sirves cafés y le haces las presentaciones Power Point al que ahora llaman CEO en lugar de jefe y no, no te pagan. No pasa nada... estamos contigo, pero eres BECARIO. BE-CA-RIO. Un beso.